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Un presupuesto de ejército y armada para la abortada toma de Argel en 1566, de mano del duque de Alba


El Pignon : Il vero et natural sito della villa di Velez de Gomera et l'inespugnabile forte et Castello chiamato il Pignon, situato in Africa di Babaria, obra de Domenico Zenoi [1569]

Esta escena describe la operación de toma del Peñón durante el verano de 1564 por las tropas a cargo de Garcia de Toledo, capitán general de la mar. Se pueden ver galeras - maltesas, de España y Portugal - galeones portugueses, chalupas y esquifes desembarcando las tropas. Estos esquifes montaban dos mosquetes en las popas, aunque el grabador no tuviera noticia de ello, o no tuviera ni tiempo ni espacio para plasmar tanto detalle. Aparecen aquí algunos personajes principales, que veremos en este artículo, como el propio don García, pero también Chiapin Vitelli, coronel de italianos, y otros como Marco Antonio Colonna, o Marco Centurione. Vemos piezas de artillería protegidas tras cestones abriendo batería en las defensas del Peñón, un grupo de hombres tirando de un cañón a falta de mulas o bueyes, tiendas y pabellones, soldados de infantería de varias naciones - españoles, italianos y alemanes - y también los moros que lo defienden, así como caballería - tanto hombres de armas como arcabuceros a caballo, y un par de trompetas. En fin, un grabado, que, aunque de trazos sencillos, tiene una gran cantidad de detalles interesantes y que nos pueden dar una idea de como hubiera podido ser este desembarco en Argel de haberse producido. 
Por este documento, parece clara la razón de la armada y ejército que el duque de Alba presupuestara para su señor Felipe II: la amenaza turca en Hungría [1] empuja a responder en el Mediterráneo, o tal vez posibilita una vieja empresa: la toma de Argel.
Este documento está fechado a 26 de marzo de 1565 y no cabe duda que el asedio de Malta hizo posponer el proyecto, que se retomó a finales de 1565, pues tenemos noticias de los preparativos tanto por la correspondencia publicada de Felipe II con su embajador en la corte del Emperador, Mos. de Chantonay, como la correspondencia del embajador francés en la corte del monarca español, Mos. de Fourquevaux como la de don García de Toledo, capitán general de la mar.

Don García de Toledo durante la toma del Peñón de Velez de la Gomera [1564]. Detalle de la obra de Domenico Zenoi [1569]. 
En mayo de 1566, coincidiendo con la llegada de noticias de los tumultos en Flandes, se reúne el Consejo de Guerra cada día, pero el embajador francés refiere rumores de una armada que se apresta para tomar Argel:

je n'avois point entendu des appareîlz qui se drecent es havres principaulx de ce Royaume pour fere quelque  grande entreprinse par mer; et ne scavois sinon que le Roy Catholique avoit envoyé fere arresterles navires quiestoient en iceulx.  Or suis je adverly, Sire, que l'on faict fretter navires et drecer grosses provisions de biscuitz, chairs sallées et autres vivres et munitions d'artillerie à Barcelonne, Carthagene, Malque, Calliz et Seville. Aussi faict on en Biscaye, dizant publiquement que c'est pour passer en Barbarie et assallir Alger; car scavent que les gailères et galliotes dud. Alger sont allées trouver l'armée turquesque. Parquoy lad. ville est deffornie de gens et la pourra l'on forcer aizeement. A ces fins, feront venir d'Itallie quelques regimentz des Alemans qui y sont, et cinq ou six mil Espaignolz et autant d'Italliens. Parmy lequel nombre et ce qui se lèvera en ce Royaume,  ilz seront plus de trente mil hommes de pied; passeront aussi des chevaulx legiers de Lombardie et la gendarmerie des ordonnances d'Espaigne.Et veu que ced. Sr Roy sera chef dud. voiaige, il n'y aura sieur qui ne le suyve en bon equipaige d'armes et de chevaulx. De sorte que ce sera ung camp pour entreprendre non seulement contre led. Alger mais aussi contre toute la Morisme. 

Procuraba el embajador Fourquevaux informar a su señor del aparato de guerra que se organizaba en España: el arresto de naves de particulares - a los cuales, se les compensaba económicamente - el aprovisionamiento de vituallas, principalmente bizcocho - pan recocido - munición y artillería y el traslado de tropas procedentes de Italia, de las naciones que serán mencionadas en los dos documentos.
Fourquevaux aventuraba que al haber desamparado los corsarios argelinos su ciudad para unirse a la armada del Gran Señor, Felipe II pretendía encabezar la armada y ejército para, quizá, triunfar allí donde había fracaso su padre 25 años antes [Jornada de Argel, 1541].
Aunque al preguntarle al duque de Alba sobre los preparativos en una entrevista en el bosque de Segovia, éste negó que los rumores públicos tuvieran base, cabe creer que el prudente duque quiso despistar al embajador, máxime cuando los aprestos se cancelaban en junio de ese año de 1566 [2].

También se organizaban las levas en Alemania, no solo de tropas, sino de "horneros o panaderos", a los que, como veremos, el duque dedica buena parte de su presupuesto [3].

Como fuera que las noticias procedentes de las alteraciones en los Países Bajos desviaban la atención del monarca al Septentrión, la empresa argelina se abandonó.


Mémoire sur les troupes, les munitions, l'argent et les vivres nécessaires à une expédition contre Alger. Madrid, 26 mars 1565

Libro de cartas, paresceres y otras escripturas en diversas materias muy importantes.
Bibliothèque nationale de France. Département des manuscrits. Espagnol 161

He procurado respetar la grafía del texto original, aunque ha añadido algunas tildes, expandido algunas contracciones - quenta por qta, Nápoles por Naps, ducados por duºs, aloxamiento por aloxmto, Majestad por Md, mil por m, etc. - y usado algunos signos de puntuación, cuando lo he considerado necesario, para facilitar la comprensión del texto.
En algún caso, he adaptado a grafía moderna ciertas palabras, también con el ánimo de facilitar la comprensión. Procuro no reescribir ningún término referido al ámbito militar, pues conviene conocer la terminología de la época tal y como era usada, aunque, evidentemente, tan solo responda a una mera convención ortográfica que aún no se había uniformado, o al gusto del escribano. Así hallará el lector en el texto esquadrones, vallesteros, arcabuzeros y pieças de artilleria encaualgadas y la próxima vez que maneje un texto de la época ya estará familiarizado con la terminología de la época.
También he interpretado algunos garabatos [en algún caso leíbles como "dºs"], referidos siempre a moneda de cuenta, que he interpretado sistemáticamente por ducados.
El original se puede consultar en línea en el enlace precedente de la BNF, y el lector exhaustivo podrá comparar, y en su caso, enmendar cualquier error o mal interpretación en que haya incurrido.
Como viene siendo la norma en este blog, el texto original en tinta azul, los comentarios del autor en negro, texto complementario de fuentes originales en tinta morada.

Al documento de la BNF le faltan otros documentos y memoriales originales que lo acompañaban, donde se daba detalle de las vituallas, de la artillería, etc.

Ataque de los turcos a Piombino. Tropas alemanes montante en mano rechazan a los asaltantes turcos. Se confiaba en la infantería alemana para formar escuadrones de picas, y en los arcabuceros españoles para escaramuzar y trabar el combate. Detalle de Turce ad Plumbinum ... coacti turpiter receperunt. Plumbinum [Mediceae familiae rerum feliciter gestarum victoriae et triumphi. 1577]
Vistos por Su Majestad los avisos que ay del Turco y que todos confirman en que verná poderosamente por tierra a Ungría y que solamente armará hasta 100 Galeras por mar para guarda de sus tierras, desseando Su Majestad hazer servicio a Nuestro Señor Dios y beneficio a la Christiandad y a sus Reinos, Señoríos y Estados y para más conservación de la Paz y otros muchos beneficios generales y particulares que se podrían seguir hallándose armado y hechos tan grandes gastos por causa de la defensa de Malta y la Goleta, se ha resuelto y determinado dando lugar a ello la dicha armada del Turco de bolver las armas y emplearlas en esta empresa de Argel paresciendo con lo que está hecho y ordenado que es lo principal, assi en lo que toca a la gente como Vituallas, artillería, municiones, Galeras y Navíos de alto bordo añadiendo lo que abaxo se dirá y presuponiendo que no se cerrará ni se aventurará sino el flete de los Navíos que más serán menester para esta empresa y que con acrescentar la cantidad de dinero que en esta relación yrá declarado demás del questá proveido con ayuda de Dios se podrá acabar que aunque el tiempo está adelante todavía con la diligencia y cuidado que el señor don García de Toledo, capitán general de la Mar ha puesto y porná en lo que está a su cargo y con la orden que Su Majestad dará para lo que se ha de hazer en España y las islas de Cerdeña, Mallorca y Menorca, Málaga y Cartagena y Reyno de Galicia se podrá poner a punto. Y para que su Señoría entienda la traza que se haze y esté advertido como es razón, se dice lo siguiente:  


Algerii Saracenorum urbis fortissimae, in Numidia Africae provincia structae. Biblioteca Nacional de España. Obra de George Braun, 1575. La "ladronera de Argel", base de los corsarios súbditos de la Sublime Puerta que asolaban el Mediterráneo occidental, el Ispanyol bahriye, o "mar español", como lo denominaban los turcos, era el objetivo de este proyecto de armada. Sobre las defensas de Argel en esta época, se tenía un conocimiento preciso, dadas las numerosas informaciones que los cautivos, una vez liberados, hacían, así como las que realizaban los frailes trinitarios que acudían a ella para negociar los rescates.
Véase también el 'Discurso sobre la empresa de Argel' incluido a modo de apéndice. 

Están mandados levantar XII mil alemanes y proveído el dinero necessario para hazerles dos pagas en esta manera: III mil para Malta, III mil para la Goleta, III mil para el Reyno de Nápoles, III mil para Lombardía en lugar de la Infantería Spañola que se saca destas partes. Destos se tomarán los seis mil de Malta y la Goleta y de los de Nápoles dos mil, que serán 8 mil, porque estando armado su Majestad tan poderosamente paresce que bastarán que queden en aquel Reyno tan solamente mil para repartir en Nápoles y Gaeta porque aún viniessen algunas galeras del Turco a hazer daño en las costas, que otra cosas de sustancia no la podrían emprender sino armadas de lo que está dicho, aunque junte los corsarios, el Virrey se podrá ayudar y proveer de la gente más útil del Reyno para guarda y defensa de las marinas, que para contra tales enemigos será útil y fiel y estos II mil Alemanes se han de pagar a quenta del dinero que su Majestad tiene, aunque se había scripto al Virrey pagase allá todos los tres mil, pero sacándose estos dos mil no se puede hazer otra cosa sino pagarlos acá y assí quedará más aliviado lo de Nápoles,

Como vemos, se hacen unas reclutas de tropas alemanas que se han de repartir en primera instancia en diversos presidios - la Goleta, Malta - o estados - Nápoles, Lombardía - en parte para reforzarlos, en parte para sustituir a los españoles que se sacaran de ellos - los de Lombardía habían de servir en las galeras - pero de los cuales, en última instancia, han de salir buena parte - 8 de 12 mil - para embarcarse en la empresa de Argel. Como vemos, se habla de "pagarlos acá", eso es, pagarlos a cuenta del dinero de rentas españolas en lugar de cargarlo al reino de Nápoles. 
Esta gente había de estar repartida en las diferentes provincias hasta que se mandase embarcar. 


Todavía en estas fechas se confiaba en la recluta de tropas alemanas para las empresas mediterráneas de la monarquía. Aunque Felipe II, a diferencia de su padre, no tenía jurisdicción alguna en esas tierras, se confiaba en la relación familiar con los Habsburgo austriacos para organizar levas en sus territorios. Además, se contaba con una buena relación con los coroneles alemanes, los cuales, actuando a modo de empresarios a la par que líderes militares, se encargaban de todo lo concerniente a la concentración y transporte de tropas. En no pocos casos, estos coroneles procedían de linajes de militares al servicio de los Habsburgo.
Detalle de la portada de un libro de 1564, autor: Fronsberger, Leonhardt: Kriegs Ordnung Vnd Regiment, sampt derselbigen befehl, statt vnd Ampter, zu Ross vnd fuss

Y porque importara que vayan IXm alemanes para hazer enteramente tres esquadrones se habrán de levantar de nuevo otros dos mil para que llegados allá queden en el dicho número que con venir por tierra y la mar faltarán y se consumirán las dichas mil plazas. Los VI mil destos Alemanes estan proveidos de dos pagas que comenzarán a correr desde primero de Marzo. Será menester entretenerlos otros VI meses hasta volver a sus casas, que montará su paga cada mes con el sueldo de los coroneles y officiales y sobrepagas 30 mil escudos y en todos ellos 180 mil, 

El propio duque de Alba denunciaba en 1567, durante los preparativos de la marcha de los tercios desde Italia a Flandes, la escasez de piqueros que había en la infantería española:

"suplico á V. M. que en las primeras naos que partan de Vizcaya para Flandes, mande V. M. cuatro mil picas porque va esta infantería con tan pocas y tanta arcabucería , que por cierto tengo que no podríamos hacer escuadrón"
Se confiaba desde tiempo antiguo en la infantería alemana para escuadronar, pues, como aseguraba Antonio de Leyva en 1532 porque en la verdad, para alemanes es la pica y para español e italiano el arcabuz.

Batalla de Marciano [1554] por Giorgio Vasari. Detalle. Lansquenetes alemanes defienden la República de Siena frente al ejército florentino-imperial. 
Por contra, don García de Toledo, virrey de Sicilia y capitán general de la mar, consideraba que los alemanes no eran gente para servir en la mar:
Los dos mil tudescos de Malta yo los convertiría en otros tantos italianos, porque primero que lleguen a servir costará mucha cantidad de dinero, demás de ser mucho mas caros y fáciles á enfermar, y es gente, como lo vi en el Peñón, que por poco que se entretengan en la mar y padezcan en ella quedan deshechos por tercio y les cae una dolencia que se amorban á si y á las galeras
Carta de d.García de Toledo a Felipe II. 2 de Febrero de 1566

Podemos creer que don García hacía un juicio fundado, pues durante la toma del Peñón de Vélez de la Gomera, en 1564, operación que él había dirigido, formó tres escuadrones: el primero del tercio de Nápoles y parte de los españoles nuevos, el segundo, con los de Lombardía y Sicilia y bisoños, y el de retaguardia, formado con alemanes reforzados por 600 arcabuceros españoles, seguramente, por la costumbre alemana de servir con escasa arcabucería.

Arcabuceros alemanes. Grabado de Jost Amman hacia 1560
También en el socorro de Malta en 1565, don García había formado tres escuadrones y no dispuso de tropas alemanas para ello: 1º con los soldados del tercio de Nápoles, 2º, tercios de Lombardía y Córcega y 3º de italianos.


Los dos mil que de nuevo se han de levantar para que quede el número cumplido de los dichos nueve mil en siete pagas que habrán menester desde que dieren la muestra en adelante con el aufguelt montarán 70 mil escudos,

El Aufguelt era un emolumento - en España se llamaría socorro - que se otorgaba a los soldados para alistarlos y apercibirlos desde que salían de sus casas hasta que llegaban a la plaza de muestra: una dieta de desplazamiento que a la vez podía servir como prima de enganche.

Véase que en el punto anterior se declara que "será menester entretenerlos [...] hasta volver a sus casas". Era necesario darles media paga para despedirlos y licenciarlos, y muchas veces, por no disponer del dinero para despedirlos, se dilataba, acumulándose las pagas. Teniendo en cuenta la gran cantidad de plazas muertas que se pagaban y los costes de los oficiales - incluyendo las pensiones [5] otorgadas a los coroneles para tenerlos a disposición - algunos consideraban que eran tropas más caras que las españolas, pero el hecho es que Alemania era una tierra densamente poblada y era relativamente fácil hacer grandes reclutas. La infantería española vieja, por contra, se había de mantener todo el año, bien en los presidios de Italia, bien embarcados en galeras, y quizá por esa continuidad era más fácil mantenerlos con la promesa de las pagas venideras.

Para la caballería existía el equivalente anritghelt.

A los de Lombardía no se tocará porque aquello conviene que esté bien proveído, sacándose como se ha de sacar toda la Infantería española y estos su Majestad no tiene que pagarles más de lo que ha dado para levantarlos y traerlos, porque después entran en la consignación que tienen los españoles y queda desembaraçada porque a estos su Majestad los ha de mandar pagar a quenta de acá, 

Al tercio de Lombardía le tocaba embarcarse en las galeras para servir durante la campaña de verano de ese año. 

El Virrey de Nápoles ha scripto ultimamente que embiará al Señor don García XVIII compañías entrando en ellas una que está en la Goleta y dexando dos para lo de Nápoles y Gaeta y converná que toda esta gente sin que quede ninguna salga en las 20 compañías. Contando una con otra a 150 soldados habrá 3 mil, y estos se ha scripto y scrivirá al dicho Virrey que los provea por tres meses de vituallas y que sobre aquello los haga pagar a cumplimiento de seis meses y por esto no se saca aquí lo que montará,

De Lombardía se sacarán hasta mil y quinientos españoles sin haver de quedar ninguna vandera, quedando en su lugar los dos o tres mil Alemanes que se ha scripto al duque de Alburquerque que haga baxar, y su paga de seis meses montará 45mil ducados a razón de siete mil y quinientos cada mes con el sueldo de los Capitanes y officiales lo qual se ha de pagar del dinero de acá por estar necessitado lo de Milán,

Don Gabriel de la Cueva, duque de Alburquerque, era gobernador de Milán y capitán general de Lombardía y Piamonte. Para "hacer baxar" los alemanes, el duque había de pedir patentes y licencias al Emperador por medio del embajador que residía en su corte y en paralelo enviaba una patente al coronel escogido para que levantara la gente. Después, debía nombrar comisarios para que condujesen y alojasen los soldados. A veces estos comisarios solo ejercían su cargo en territorios de la corona, otras veces, también en tierras amigas.
En esta época había un Comisario ordinario residiendo en Ratisbona, Juan de Avendaño, al cual se le remitía comisión oficial o patente en lengua alemana para ejercer su misión. En ocasiones, a los soldados se les mandaba marchar a la "desfilada" o a la "deshilada", esto es, se juntaban un número de ellos, 15, 20, 35 o 40 y hacían el camino sin oficiales.

De Sicilia se podrán sacar otros mil españoles que se han de pagar necessariamente de acá y començarles a correr el sueldo a esta quenta desde que desembarcaren. Solamente les podrá proveer el dicho señor don García de aquel Reyno vituallas por dos meses y montará su sueldo por otros cinco a cumplimiento de siete a rrespeto de cinco mil ducados al mes 25 mil, 


El tercio de Cerdeña era en este documento el 3º de don Gonzalo de Bracamonte. Los escribanos, como se ve, usaban las abreviaturas que creían convenientes.

De Cerdeña en el tercio de don Gonzalo de Bracamonte haura hasta mil y ducientos spañoles para lo q les esta proveido del dinero para q sean pagados hasta en fin de Marzo será menester pagarlos de acá siete meses hasta que buelvan al aloxamiento q a razon de 4m ducados al mes montaran 34m, 


Los soldados viejos españoles, bregados en la toma del Peñón o en la defensa de Malta, engrandecerían su fama en tierras del norte. Batalla delante de Niemegen. 1574. Detalle. Infantes españoles avanzando. Grabado de Franz Hogenberg. Sucesos de la historia de Europa en el siglo XVI [BNE-BDH]


y porque va hecha corta la quenta, se puede tener por cierto que llegarán por lo menos a siete mil y quinientos los dichos soldados viejos españoles, con los quinientos o 600 que llevará don Álvaro de Bazán en las Galeras y 200 que han de yr en la nao del Artillería, 


Buenos vallesteros. Sí, ballesteros en 1566, muy útiles en Berbería. Don García de Toledo, en 1560, hallándose Álvaro de Sande cercado en el fuerte de los Gelves por el ejército turco-berberisco de Dragut, proponía una serie de fuerzas para el socorro que debía realizarse. Debían llevarse - según su parecer - 7.000 españoles, y 3.000 italianos de Florencia "y que sean todos arcabuzeros", pero añadía:
Y si don Juan truxesse en las galeras hasta mil ballesteros tendríales yo por gente muy conveniente para esta jornada.
Parecer de Don García de Toledo sobre el socorro a los Gelves 1560.

Será de nuevo menester levantar en estos Reynos otros dos mil, para que quando saltaren en tierra aya el numero cumplido de ocho mil y algo más. Para estos se nombraran sus capitanes y se ordenará que entre ellos vaya alguna parte de buenos vallesteros porque para esta jornada serán provechosos. Para estos bastarán cinco meses de paga a razón de quatro ducados cada uno que en cinco meses son 40m ducados,

Iten se han mandado levantar 4m Italianos a Cesaro de Napoles por que chicipini viteli sea escusado, que por seis meses montarán 96m ducados, con los sueldos y ventajas de los coroneles y officiales q sale a 16m ducados al mes y a 4 por soldado y esto se ha de proveer a quenta de su Md. 

Chapín o Chiapin Vitelli se distinguió posteriormente en la guerra de Flandes.

Demás de los dichos Italianos se scrive con este correo al dicho señor don García dándole comisión para que pueda levantar otros 3m porque sirvan para lo de Malta si su Sd revocare los 3m que ha offrescido saliendose el maestre, lo qual no es de creer haviendose hecho la provision de 12m infantes como lo havia embiado a pedir o para esta empresa de Argel para que vengan a quedar en el numero de 6m y estos ha de proveer el dicho don García, que si anden a Malta en lugar de los de Su Sd. se paguen de los 125m ducados con que ha servido aquel Reyno y si esto cessa haviendo de venir como es necessario a la jornada de Argel su Md los mandará pagar por seis meses que montaran 72m ducados,

El maestre aquí referido era el jefe de los caballeros de San Juan o Orden de Malta. Jean de la Valette. Justamente había subido al trono de san Pedro a primeros de 1566 un nuevo pontífice, Pío V, y como las políticas de la Santa Sede eran personalistas, cuasi dinásticas, se temía, no sin razón, que el nuevo papa renunciase a los compromisos adquiridos por su predecesor en la defensa de la cristiandad frente a la amenaza turca. También, claro, la empresa de Argel podía ser vista como una empresa personal del rey de España de la que el Papa no había de beneficiarse.

Toda la dicha infantería que se ha de levantar y juntar haze el numero de 26m y quinientos infantes de paga, pero hazerse quenta que se vendrán a resumir en 24m quando salten en tierra en esta manera: 10m Alemanes quedarán 9m mil, de 9m y quinientos españoles, quedarán VIIIm, de siete mil Italianos, 6m,

El duque distinguía en su propuesta los 'infantes de paga' de los que habían de saltar en tierra, contando que muchas eran las plazas muertas que se pagaban sin que hubiera soldado alguno real.

De las guardas de Castilla por venir más a propósito y no sacar la gente de armas del Reyno de Nápoles, se llevarán trescientos caballos. Será menester pagalles de contado y anticipado un año de sueldo que montará  hasta 30m ducados.


Cartón número 8 de la serie de la Jornada de Túnez [1535]. Jan Cornelisz Vermeyen. Batalla de los pozos de Túnez. Detalle: Emperador seguido por su estandarte y hombres de armas


llevarse han de España tres mil gastadores a razón de quatro ducados cada uno por cinco meses montarán 60m ducados.


Gastadores franceses de finales del XVII. Grabado del tomo 1º de Les travaux de Mars [1685]. 
Los gastadores hacían fortificaciones y obras de asedio, como esplanadas, trincheras, reparos para defender las baterías de cañones, cegaban fosos, recogían fajina, desbrozaban, labraban los cestones, etc. Movían las piezas de artillería, y se dedicaban a abrir, allanar o ensanchar los caminos para el paso del tren de artillería y ejército. Además asistían a los gentileshombres de la artillería y a los artilleros sirviendo las piezas, descargando la pólvora, etc. También podían dedicarse a fundir balas de arcabuces y mosquetes. En general, podían asistir a cualquier oficial en cualquier trabajo y por hallarse en primera línea de sitio sufrían numerosas bajas a manos de la artillería y arcabucería de los defensores.
En su ausencia, podían hacer dichos trabajos los soldados de infantería, pero en general, los señores soldados rechazaban todo trabajo manual que no fuera el propio oficio de las armas:
Ocuparà los Carpinteros, Maestros de muros,y Gastadores en lo que de esto es menester,y à su falta Soldados, que trabajan poco, que estan mucho; y no fe les puede mandar sino rogar con el premio del interes delante [...]
A falta de gastadores se acostumbra seruirse de Soldados, que trabaxan por dineros, como Alemanes,y Balones,y otros, y esto tanto para hazer trincheras como obras de la artilleria, y para hazer plataformas, y fuertes, cegar fosos, y quanto se offreze [...]
Cristóbal Lechuga [1611]

Evidentemente, cuando en juego estaban las propias vidas, los soldados hacían el oficio que tocara.
Además de gastadores, podía haber otros oficiales especialistas, como tallamontes, muradores, etc.

Ordenarse ha que baxen de Alemana hasta 200 horneros y panaderos y que aya quien los govierne y trayga a su cargo

Véase nota 3.

Llevarse han, assimesmo 30 o 40 Pieças de Artillería para dos baterías bien encaualgadas y a punto, y para esto serán menester 40m ducados

En 1566 llegan 100 piezas de artillería procedentes de Flandes al puerto de Málaga, de las cuales, se embarcan 40 para Mesina.

Giorgio Vasari. La captura de Porto Ercole. Detalle de la artillería de sitio de la época, dispuestas en batería protegidas por cestones. La artillería ha abierto brecha en el bastión y la infantería lo intenta tomar al asalto por fuerza de picas. 
Embiarse han a comprar a flandes dos mil quintales de pólvora de arcabuz que costarán a 12 mil ducados. Con el flete y otros gastos montarán 24m

Demás de esto se ha ordenado se lleven a Italia para lo de la Goleta y Malta quinientos quintales, que esto también servirá para la dicha empresa -

Iten, se presupone que en Italia se podrá juntar por lo menos de Nápoles, Sicilia y Génova otros quinientos que serán por todos III U y se hará gran diligencia para que en Málaga vayan labrando,

Parece que se traía pólvora de Flandes, si bien en Castilla se producía, así como en Nápoles, Génova y Lucca, aunque en Sicilia parece que resultará difícil de proveerse. García de Toledo, no obstante, consideraba que su demanda de 500 quintales de pólvora de arcabuz no podría ser atendida desde Castilla [2feb1566] y se resolvía a conseguirla en Génova para marzo. No sé discernir si no cree posible quedase satisfecha su petición por la cantidad o por la premura con que la quería, aunque queda claro que en Málaga se labraba pólvora. 

Para Picos, Açadas, palas y otras herramientas para gastadores y otros servicios del artillería de que a de ir muy cumplida monición q se han de hazer en estos Reynos, se hará acá hasta en cantidad de 8m ducados, teniendo respecto a q de Italia vendrá también alguna cantidad, 

Para tirar el artillería y municiones paresce q bastarán hasta 200 pares de mulas con sus colleras y tretas y otros adereços siendo corto el trecho que las han de llevar desde la mar donde se han de assentar las baterías. Para comp[r]arlas en estos Reynos o el sueldo que ganaren se ponen 20m duºs.

Para adereçar las colleras y encaualgar el artillería y para carros, fraguas, yerro, azero, plomo y clavazón, cordelería, mecha y otras cosas y menudencias necessarias que se llevaran de acá, se ponen a buena cuenta de una vez 20, duºs

Para el sueldo de los officiales, gentiles hombres y otros gastos y cosas extraordinarias q se offrecen y para el hospital a buena quenta se ponen al mes 6m ducados que por cinco meses montarán treinta mil entrando en esto los artilleros que se han de llevar que tienen sueldos ordinarios aca en España y será necessario acrescentarselo por esta Jornada,

Presuponese que el número de toda gente para q se ha de hazer provisión de vituallas será 40 mil bocas, porque yrá mucha gente principal y suelta y  yran mil y quinientas cavalgaduras y conforme a esto se haze la quenta advirtiendose que toda esta es sin la ordinaria de las Galeras,

Frente a los 26.500 infantes de paga - 24.000 de servicio -, los 3.000 gastadores y los 300 guardas de Castilla, vemos que se asume que el número de toda la gente será de 40.000, sin contar la ordinaria de galeras. Además de los soldados, se debía contar también con toda la gente que servía el artillería y oficios necesarios como toneleros, herradores, herreros, fundidores, etc. También los oficiales de la administración: como contadores, proveedores, comisarios, etc.
Con los ejércitos no solo iban soldados de infantería y caballería, artilleros y oficiales de la corona, carpinteros y gastadores, carreteros y mozos de cuadra, también marchaban infinidad de criados personales y especialmente en este tipo de armadas, los llamados aventureros, gente que servía sin sueldo ni entretenimiento con pretensión de destacarse y obtener alguna merced, por la recompensa del saqueo, por algún motivo ideológico - la lucha contra el infiel - o por simple afán de aventura.
Yendo, como se declara, "mucha gente principal" la nómina de criados se disparaba. Muchos nobles acudían a este tipo de empresas, dispuestos a ganar fama, y por motivos equiparables a los de los aventureros, aunque, a priori, con dinero para mantenerse ellos y sus criados, muchos de ellos "criados de pelea", pero la mayoría eran servidores de casa.

Según la relación [que] ha embiado el sr. Don García paresce que ha hecho hazer  y haze provisión de vizcocho, harina, vino, vinagre, azeyte, carne salada, pescado, queso, arroz, hava, garbanzos y otras legumbres en Nápoles, Génova, Sicilia, Cerdeña y España, repartido en cada parte según se contiene en su memorial para 15m bocas que han de yr a la Goleta que conforme a los prescios que lo tassan montan IIIm Vos y para 25m bocas que de aca se haze provisión en estos Reynos a cumplimiento de los dichos 40m serán menester al mesmo respecto poco más o menos según la differencia que hubiere de los prescios de una parte a otra 183m Duºs y se ha de screvir al dicho señor don García que se haga hazer las dichas vituallas y provisiones conforme al memorial que embio porque sobre aquesto se haze acá la quenta para el cumplimiento de las dichas 40m bocas,



Iten, assimesmo ha de hazer alla todas las municiones que vienen declaradas y comprendidas en la sobre dicha relacion por q assimesmo se harán acá las que faltaren hasta el cumplimiento de lo que será menester y se terná quenta particular con que alla se han de gastar en lo uno y en lo otro los 225m seis cientos y treinta y quatro ducados q vienen declarados en la dicha relación que montarán las dichas vituallas y municiones y fletes de navíos,

De esta relación, como advertimos al inicio del artículo, no hay copia.

Los dichos 183m ducados para las vituallas q aca se han de hazer se han de proveer y anticipar desde luego porque no se sufre otra cosa para que se hagan a tiempo y con todo brevedad y estos y los IIIm que montan las vituallas que el Sr don García haze hazer según su relación se han de dar a la gente de guerra en quenta de su sueldo o descontárselo al fin de la Jornada, y tanto menos costará el gasto desta empresa por yr cargado en la relación del dinero todo por entero advirtiendo que no se podra dexar de pedir de las vituallas alguna quantidad haviendose de embarcar y desembarcar tantas veces y por esto sera menester hazer alguna mas para que no aya falta aunque cree segun el tiempo porque se haze la provission que es a siete meses y a seis y a cinco, no vendrá a faltar especialmente que de Nápoles ha de embiar el Virrey proveidos los tres mil españoles y dos mil alemanes por dos o tres meses de Vituallas y el dicho sr. don García los mil soldados de Sicilia por otros tantos a costa de ambos Reynos y no del dinero q es a cuenta de su Md, y si sobrare algo de las dichas vituallas servirá para la provisión de las fronteras y galeras y las condiciones quedarán para estar de respecto de manera que lo que se aventura en lo que es menester para lo de Argel es muy poca gente que se cresce a lo que se forçossamente se ha de entretener por este verano y el flete de los navíos, que, en comparación del effetto que se podrá hazer es de tener en muy poco,

Aquí tenemos un razonamiento interesante basado en el riesgo económico de planificar y no ejecutar la empresa: esencialmente, asume que son los fletes lo que se puede perder. Los fletes, son los costes de todos esos navíos de particulares que se secuestraban, o sea, que a los armadores se les retenía el barco para ejecutar la empresa real y se les pagaba una compensación económica, que en general, no compensaba la perdida por dejar de transportar mercancías, y por eso "huyen de los lugares donde pueden ser detenidas".
Respecto a los soldados, se asume que se van a "entretener" pocos más de lo que sería ordinario para la campaña de verano.
Respecto a las vituallas, que van a cuenta del sueldo de la gente de guerra, no se consideraba un gasto.
Total, una inversión mínima.

Al final - junio de 1566 - se habían arrestando naos y escorchapines por un volumen de 15.000 toneladas, que hubo que pagar, y los "bizcochos, harinas, trigo y legumbres y todas las cosas que se pudieran conservar y no estuvieren sujetas a corrución ni disminución" se dio orden que se revendieran, se rompieran los contratos con los proveedores - compensándoles - o se remitieran a plazas de Berbería.

En las noventa galeras que embia por relacion del dicho sr don García que terná en orden y a punto este año se podrán embarcar y venir 20m infantes

Esto supone más de 220 infantes por galera.

Demás desto se tiene por cierto que el Serenísmo Rey de Portugal, ayudará con las que tiene y hasta el cumplimiento de 10 navíos por todo.

Eran carabelas - y algún galeón - que podían venir a sueldo de aquel rey o de Felipe II.

Faltarían para llevar y embarcar las dichas 40m bocas sobre que se haze la quenta 30m tonelas, porque en verano ha menester cada hombre una, por razon de la calor y de las muchas vituallas. Yran estas costaran cada mes segun el sueldo se acostumbra a dar en España 10 quentos [millones] 600 m, que en cinco meses montan 53 q[uent]os 255 m, [de maravedíes]

Cabe deducir que buena parte de este peso "por razón de la calor" debía ser de agua.

Destas dichas 30m tonelas se podran tomar 15m en Italia, en los mejores navios y mas a proposito que se hallaren para la embarcacion de la gente, vituallas y artillería y municiones q montaría el sueldo de ella segun la dicha quenta, 26qºs y medio que montan 70m seiscientos ducados

Iten las otras 15m para lo que será menester otro tanto dinero se han de tomar y arrestar acá y entre ellas todos los más barcos sevillanos scorchapines que ay en Sicilia y Cathaluña para que vayan en ellos las vituallas porque se puedan varar en tierra en la parte que pareciere más conveniente para fortificarse y habérseles la guardia porque será grande comodidad para todos effectos,

De estos escorchapines, Felipe II, en una carta de mayo de 1566, dice que se habían arrestado hasta 70 en Cataluña, insistía en que se usarían para transportar vituallas, municiones y otras cosas, y que se podían varar, pero, eso sí, necesitaban una escolta de galeras, partiendo desde Málaga y Cartagena.

De manera que montan estas dos partidas en los dichos cinco meses de sueldo 142m Dºs

Así que monta todo lo concernido en este memorial por razón del nuevo crescimiento de gente, moniciones y navíos que se haze un millón y ochenta y dos mil Dºs


El presupuesto del duque, más detallado que éste, suma 1.133.517 ducados, unos 50.000 ducados más.


Lo que se ha proveído a quenta desto,

Al embaxador Figueroa han remitido 306m Dºs por cambio. Destos ha de dar 50m a Malta, de manera que quedarían 256m. Estos se sacan aquí por q han de ser a quenta del dinero que su Md. tiene, 

Docientos que ha de proveer el Virrey de Nápoles como se le ha scripto,

ciento y veinte y cinco mil que ha atorgado Sicilia pero no se han de sacar sino ciento porque lo demás será para interesses,

Ochenta mil de las averías,

Monta lo que ay está proveido 
636m ducados

De los quales se han de abaxar 225m que don Garcia embia por quenta que montarán las vituallas y municiones que ha de haber para la Goleta porque en esta relación no va puesto sino lo que sobre aquello se ha de proveer acá, de manera que quedarán 411 Dºs

Assí que faltarían para cumplimiento al dicho Millon y ochenta y dos mil ducados, seiscientas sesenta y un mil ducados que se han de proveer de acá limpios sin interesses, 

ffecha en Madrid A 26 de Marzo mil y quinientos y sesenta y cinco, 








Notas
[1] El itinerario del ejército del sultán en 1566 fue resumido por Braudel [El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II]: por Estambul hacia Andrinópolis, Nich, Belgrado y luego Hungría.

[2] Fourquevaux, despacho de 5 de julio de 1566. El duque le respondió que Argel estaba muy bien defendida por 15.000 arcabuceros, de los cuales 6.000 eran españoles moriscos, muy buenos soldados, y que los preparativos eran en prevención de la llegada de la armada turca, tan solo para defender las costas españolas y no para empresa ofensiva.

El 4 de junio de 1566, el rey escribía a don García de Toledo informándole del cese de los preparativos.

[3] Instrucciones al embajador ante el Emperador, Mos. de Chantoné [Chantonnay], de 1 de abril de 1566 [CoDoIn, 101] para el acrecentamiento de otros 2000 hombres en 6 banderas del regimiento del conde Juan Baptista de Arco, de 2700 hombres, que hace en Alemania para marchar al estado de Milán y "para servirse dellas, como se viere ser necesario, para asegurar las costas de Berbería, por cuanto se tiene avisos que el Rey de Argel hace grande aparejo y provisión de guerra".

También, en la misma carta, la noticia de los panaderos:
escribo y envío á mandar á Juan de Avendaño, mi Comisario ordinario, que reside en Ratisbona, levante doscientos horneros ó panaderos y los lleve á Italia, y para ello se le envía la comisión necesaria, 

[4] A finales de verano de 1566, Margarita de Austria había ordenado apercibir 10.000 alemanes en 33 banderas, siendo jefes de 10 de ellas Jehan de Nassau y conde de Everstein, quedando otras 18 a cargo del coronel Gunpenbergh, y las restantes 5 comisionadas al capitán Waldesinger.

[5] Las pensiones se concedían por periodos de tres o seis años, generalmente, para el coronel y diez capitanes.

De 1564 tenemos noticia de varios coroneles pensionados:
Al coronel Lazarus de Swendi, 1200 florines de 20s al año [3 florines = 2 escudos, más o menos]

A Jehan - George de Gumpenberg, al conde Anibal de Alta-Emps, al coronel Lazarus de Swendih, al conde Felipe de Eberstain, al coronel Hylmar de Munchausen, para sus personas 1200 táleros de 28s al año y para diez capitanes a sus cargos, mil escudos a 37.5s la pieza. 3555 florines por coronel.


Al coronel Wolff Tieffsteter se le había concedido una pensión de mil escudos anuales por seis años, que no se le renovó cuando llegó a su fin el 11 de octubre de 1563.


Apéndice

DISCURSO 
SOBRE LA EMPRESA DE ARGEL 
POR PHELIPO II EN EL MES DE MAYO DE I572. 

En la forma y por dónde y cómo se a de combatir á Argel ay  diferentes opiniones, porque unos dicen que lo mejor seria por la parte de leuante, quando no se atrauesase el impedimento del castillo y auenturar á perder los dias que se podrían ocupar sobre él, y el estoruo que podria auer en passar tres rios que ay desde el cabo de Metafus, donde, en tal caso, se auria de desembarcar, y otros, que es la mayor parte, en cuyo parecer se concurre, por la de poniente, y desde el alcazaua á la puerta de la Balueta, porque si bien refieren que la muralla es muy alta y de nueue pies de ancho, y que demás destos, va engrosando hazia los cimientos, y que está fundada sobre peña, y que después de batida todo lo que della se puede descubrir, quedará alta la batería como seys pasos, todadía la tiene por más fácil, assí porque la venida y el camino desde el cabo de las Caxinas es mucho mejor que el cabo de Metafus á Argel, y más fácil el llegar el mismo dia á la tierra sin que el exército tenga necesidad de trinchearse, como por que la cauallería de los moros no puede por esta parte serles de ningún prouecho, y porque se podría enchir con mucha facilidad el fosso de mucha faxina y tierra que se terná en el propio aloxamiento, y por no tener ningún traues sino el del alcaçava, hasta un torreón de 40 pasos de hueco alrededor, de no mucha resistencia, y del hasta otro que hizo ya Arráez, y también por que por la parte de fuera de la dicha cortina de la puerta de Babaluete ay un gran barranco donde, á menos de 70 pasos de la muralla, se podrá aloxar todo el exército, cubierto de la tierra, con un arroyo de agua á las espaldas que de inuierno y verano lleva buena quantidad, allende de muchos pozos que assí mismo ternán por allí cerca, y la comodidad de poder traer el artillería á desembarcarla á tiro de arcabuz deste mismo alojamiento, como adelante se tratará y más largamente se podrá ver por el designio, y assí mismo por poder gozar de la comodidad de las dichas galeras, que se podrán entretener en el cabo de las Caxinas, como se dirá; aunque los que esto dizen no niegan que no seria bien çercalla también por la parte de levante, quando se pudiesse llenar tanta gente que con seguridad pudiesen abrazar lo uno y lo otro.

Para lo qual la armada de su mag. podrá partir de donde quiera que se hallare, tanto la destos reynos, como la que huuiere de venir de Italia, toda junta ó separada, como quisieren, sin sperar la una á la otra, y sin temer ningún peligro de enemigos, pues no los ay ni puede auer, sino fuesse las galeras que huuieren salido de la misma Argel ó del Surqüillo, que auiendo de nauegar las galeras, podrán hazer muy poco efecto y venirse á juntar en Mallorca, de donde podrá partir con tiempo hecho; y quando se viere á vista de Argel, hazer demostración de querer desembarcar en el cabo de Metafus, á donde de razón ha de acudir toda su fuerça, para después á la improvista tomar tierra en el dicho Cabo de las Caxinas, 12 millas italianas de la dicha Argel, en el qual, de la primera barcada, se podrán desembarcar hasta 15D hombres, y apoderarse de un sitio eminente que ay sobre el mismo Cabo, donde los turcos han hecho, de poco tiempo acá, vna atalaya en que caben hasta 3D hombres, y donde ay unos edificios viejos y plaza capaz para hazer un fuerte en que, con buena guardia, se podrá meter toda la victualla y municiones que se fueren desembarcando, como el que se hizo en Alcalá quando se fué al Peñón, y hallarse á tiro de ballesta toda la tierra que fuere menester, y un rio á una milla de allí hazia poniente, de que el exército, estendiéndose el alojamiento hazia allá, podrá beuer.

Después que se aya acabado el dicho fuerte y descansado la gente un dia ó dos, ó lo que pareciere, podrá caminar el exército, llenando solamente algunas pieças de campaña, y victualla cada soldado para iiij dias, demás de toda la que se pudiere llenar en los carros y mulas que se an de lleuar para tirar el artillería, y en otras bestias de carga y en ombros de los gastadores, y hazer el primer alojamiento en la mitad del camino, donde terna gran comodidad de pozos de agua, porque este dia, al principio de la jornada, se ha de pasar media milla de arenal y una subidilla que todauía será de algún embaraço, si bien todo el resto del camino, hasta muy cerca de Argel, es muy bueno.

El dia siguiente, dexando junto de Argel el camino real, y el castillo de la montaña á la mano derecha, tomando á la izquierda por unos barrancos donde la cauallería de los moros no podrá ser de ningún provecho, se podrá acercar á la tierra hazia la dicha puerta de Babaluete, y alojarse en el alojamiento ya dicho, apoderándose á un mismo tiempo de una montañuela que está entre él y el castillo de fuera, con que se verná á asegurar la campaña y hazer desde allí gran daño á la dicha Alcaçaua, como más particularmente lo muestra el dicho designio; y hecho esto, la misma noche se podrá dar principio á abrir el cazen del fosso que está pegado con el mismo barranco, para entrar en él y batir con mucha comodidad, porque aunque los turcos lo quisiesen defender, no podrán salir con ello, no teniendo la tierra baluartes ni traueses por aquella parte, como no tienen más de los que están dichos, y desta manera, mediante N.S., acabará la empresa dentro de muy pocos dias, porque como no tienen traueses ni plaça por de dentro, ni tierra con que poderse cubrir, no se podrán sustentar en ninguna manera, ni el castillo, después de tomada la tierra, se podrá defender, assí por ser tan pequeño como es, como porque faltándole el calor de la tierra de donde de dos á dos dias le van cercando de gente y victualla, se le acaba toda su sperança, quanto más que en ij dias se podria expugnar.

En este medio, desembarcado que se ayan todas las cosas necesarias, y puéstolas en el dicho fuerte, podrá partir la armada para Mallorca, dexando al redoso de unas isletas que están junto al mismo cabo, como á un tiro de piedra debaxo del fuerte que se huuiere de hazer, hasta x galeras en que desde acá se ha de embarcar toda la armada y los aparejos y municiones para ellas, las quales podrán estar allí seguras del temporal -y de baxeles de enemigos, llenando, buenos aparejos para ormejar, como también estuuieron algunos dias cinco carauelas y iij galeotas y dos galeras de turcos quando fueron á la jornada de Mazarquiuir, de donde
después podrán lleuar con gran facilidad la dicha armada en barcos, de noche, tirándolos á xorro hasta una playa que está cubierta de la tierra á un tiro de arcabuz del dicho alojamiento de nuestro exército, como assí mismo se podrá ver más claramente por el dicho disignio, y de la misma manera la victualla que huuiere quedado en el fuerte, excepto los dias que hiziere mal tiempo, que en tal caso se a de procurar de conduzilla con buena escolta en los carros y mulas que se lleuaren, como está dicho para la dicha armada; aunque dándolo Dios bueno 3 o 4 dias, como se a de sperar, se puede asegurar este inconveniente, trayendo durante él toda la victualla al exército, aunque no por esto se dexe de tener el fuerte hasta que se acabe la empresa, para entretener debaxo del dichas 10 galeras y servirse dellas según las ocasiones y necesidades que se podrían offrecer.
Y porque toda la dificultad consiste en el tiempo y en el desembarcar el exército y victualla, los más afirman que comunmente por el mes de Março suelen correr en aquella costa levantes, que es el propio tiempo que se podria desear para la yda y estada, y que llenando hombres pláticos de aquella playa, se podrá huir este inconuiniente de los secanos, tomando por un canal que está de un cabo dellos hazia la parte de Argel, por donde con mucha facilidad se puede llegar con barcas, y aun con galeotas, á desembarcar la gente en tierra.

Luego, como el exército esté sobre la tierra, se a de echar un vando, asegurando á los renegados las vidas y haziendas, con que bueluan al verdadero conocimiento de la fee, y ofreciendo á los que particularmente se auenturaren para hacer algún seruicio señalado, que su mag.d se lo gratificará y hará merced.

También será cosa muy acertada lleuar hasta 10D escudos de granas y otras suertes de paños para repartir entre los moros, y que el repartimiento dellos se encargue á la persona que pareciere.

Por lo qual todo parece que si desde luego se diese orden en lo de la victualla y gente alemana y española,, porque la italiana se hará en más breue tiempo embiando hombre propio para ello, y lo demás que en Italia se huuiere de hazer, todas las cosas estarán á punto y la armada en orden y todo junto en Mallorca para fin de Hebrero que viene, y antes que saliese Março, ó al principio de Abril de 1572, con ayuda de N. S., podria Su Mag.d salir con la empresa, para lo qual parece que seria necesario hazer prouision de la gente, municiones, nauíos, victuallas y otras cosas contenidas en otra razón que se ha hecho. 

Documentos escogidos del archivo de la casa de Alba.

Las tropas de la jornada de los Gelves [1520] / Infantería desmandada [1521]

Tras el fallido intento para tomar Argel de 1518, dirigido por Hugo de Moncada, capitán general de la mar y virrey de Sicilia, se consideró necesaria una nueva expedición sobre los Gelves [Djerba] habiéndose hecho señores del mediterráneo occidental los corsarios berberiscos, realizando estos piratas varias entradas en el levante español.

En el verano de 1519 comienzan los preparativos para formar una armada en los puertos de Barcelona, Valencia, Cartagena y Málaga que marchará a Sicilia tras recalar en Ibiza y Formentera [véase el Apéndice sobre la composición de la misma].

A finales de octubre de 1519, la armada hispana se halla repartida entre el puerto de Trapani [1] y la isla de Favignana.

Tras estar un tiempo embarcados hombres y caballos, a finales de noviembre se les permite desembarcar, y a la infantería que se hallaba en Favignana se la traslada a Sicilia, dando alguaciles para dar estancia y alojamiento a infantes y hombres de armas por las tierras y castillo vecinos.

Tras hibernar en Sicilia, con no pocos problemas, incluyendo un motín de la infantería alojada en Marsala - provincia de Trapani - en marzo comienza el reembarco de caballos y municiones, con algún incidente de gravedad, como la pérdida de 4 barcas cargadas con pólvora de escopeta y vino, siendo difícil de reemplazar dicha pólvora.

Don Hugo de Moncada, capitán general de la Armada, confisca todos los navíos cargados de queso en el reino de Sicilia, una manera de financiar - temporalmente - la expedición, mediante expropiación forzosa de mercancías, que en parte sirve como paga para los infantes: 6000 de las 10000 salmas de queso.

A los soldados, que habían tomado las armas, saqueando maserías, que se hallaban odiados por los regnícolas, y que demandaban su sueldo para obedecer la orden de embarque, don Hugo los contenta con un ducado de socorro y la promesa de la paga tras ser conducidos a los Gelves.

Se pasa la muestra: 560 hombres de armas, 320 caballos ligeros, 6400 infantes [2] van en la armada, así como muchos gentileshombres y caballeros, así flamencos como italianos y españoles - incluyendo algún caballero de Rodas - y aventureros, o soldados sin plaza ni sueldo.

Hombres de armas embarcándose en Barcelona para la jornada de Túnez [1535]. Detalle del tapiz nº2 de la serie de Vermeyen, titulado "Revista de las tropas en Barcelona". 

Parte entonces la armada la noche del 16 de Favignana, el 17 de abril de Trapani y el 18 de Mazara.


Desembarco y primera marcha sobre los Gelves

El martes 24 de abril, la Armada de 56 naves y 11000 toneladas con vituallas para mes y medio, recala en la "Rocchetta" de Djerba, lugar fuerte con agua - que se encuentra con facilidad tras excavar en la arena - que se halla a 18 millas del castillo que han de tomar por fuerza o rendir con amenazas, desembarcando en dos días, sin ver moro alguno, y procediendo a construir tres bastiones para proteger su campamento.

El desembarco se hacía normalmente con embarcaciones de menor calado,con barcas, esquifes o bateles, como puede verse en la imagen, que copia el desembarco en las islas Terceras de la Sala de Batallas del Escorial [fresco pintado en los años 80 del siglo XVI]. 

Moncada recibe unos embajadores del señor de Djerba, pero asume que se trata de exploradores que vienen a reconocer el campo.

El sábado 28, tras refrescarse hombres y caballos, el ejército se mete en orden para caminar al castillo de Gelves, con el objetivo de "reconocer el país".

El pequeño ejército camina en dos cuerpos en lugar de los tres como es costumbre: con dos escuadrones de infantería y dos de caballería, repartidos en vanguardia y retaguardia, y un "squadroneto" formado por unos 300 caballos de los gentileshombres y caballeros particulares a la izquierda de la vanguardia.
La vanguardia la conduce Diego de Vera, capitán muy práctico en la artillería, aunque cuestionado durante la fallida jornada de Argel en 1516, y la retaguardia se halla a cargo del propio capitán general, Hugo de Moncada.

Se camina "con poco orden y estimando en poco al enemigo". A milla y media de partir del campo, cruzando un llano, el ejército es atacado por unos diez o doce mil moros a pie y 200 de a caballo que surgen desde un palmeral. Los atacantes usan grandes lanzas de 32 palmos, así como escopetas largas y actúan con gran fiereza y celeridad, "viniendo hasta meterse en las picas" y sin tiempo a que los infantes puedan bajar las picas o tirar las escopetas, haciendo recular hombres de armas, que en su huida desordenan a la infantería. En este momento, pierden tres piezas de artillería a manos del enemigo.

Ataque moro en Túnez [1535]
Es el escuadrón integrado por los gentileshombres el que reacciona adecuadamente y rompe a sus atacantes, rechazándolos y siguiéndolos por espacio de un tiro de ballesta matando a 100 de ellos.

Por su parte, la infantería y hombres de armas de la retaguardia no tiene mejor comportamiento, y es don Hugo de Moncada con los hombres de pelea de su casa el que mantiene la posición. En la acción recibe una lanzada en un brazo, su mayordomo muere, así como otro caballero napolitano, pero consiguen rehacerse y recogiendo a 100 hombres de armas de los que habían reculado, los lidera y rompe a los atacantes.

Jinetes con sus adargas, y hombres de armas protegidos con sus arneses, respaldados por escopeteros, persiguen a caballería árabe [y peones] hasta las murallas de Orán. en 1509, según retablo de la capilla mozárabe de Toledo realizado por Juan de Borgoña en 1514.
Tanto los gentileshombres como don Hugo de Moncada siguen la victoria, persiguiendo a los moros que huyen. La pelea ha durado dos horas, y habiéndose distanciado Moncada de Vera, se toca a "raccolta", reuniéndose los dos escuadrones. Los moros hacen lo propio, y quedan los dos campos distantes a tiro de culebrina.

En el encuentro han muerto unos 400 o 500 moros, y unos 200 infantes cristianos - entre ellos, Luis de Moncada, sobrino del capitán general y dos capitanes [3] y dos alféreces - así como unos 60 caballos. Los cristianos retornan a su campo, y los moros, a su tierra.

Fuerte de San Miguel

El 8 de mayo, el ejército camina de nuevo, hechos tres escuadrones de infantería y hombres de armas, con la vanguardia a cargo de Diego de Vera y con Hugo de Moncada con un 80 caballos yendo de un escuadrón a otro, manteniendo el orden. Caminan hacia el castillo durante cinco o seis millas sin hallar moro alguno, y hallando una casa en un lugar apropiado, la fortifican, bautizándola como San Miguel, estando a 10 millas del castillo.

El día 9 de mayo, hallándose 2 banderas de hombres de armas haciendo guardia, unos 50 o 60 árabes a caballo vienen a dar arma en el campo, y algunos caballeros particulares respaldados por dichos hombres de armas, los embisten, haciéndoles huir y persiguiéndolos. Cuando se hallan a punto de alcanzarlos, perciben que los hombres de armas que se suponía les hacían espalda, se han dado la vuelta al campo, dejando a los avanzados en gran peligro, pues los jinetes árabes, viéndoles huir, dan sobre ellos, siguiéndoles hasta el mar, donde las galeras y los del campo tiran la artillería contra los perseguidores, matando a tres hombres de armas del ejército, al tiempo que los árabes apresan al capitán de los caballos.

Caballería árabe en Túnez [1535]
Este suceso genera mucho malestar en el campo [4] y considerando que "fue la mayor vergüenza del mundo", "habiendo perdido el ánimo y la reputación", don Hugo castiga a los hombres de armas quitándoles los caballos y entregándoselos a infantes para convertirlos a su vez en hombres de armas, en un ejercicio de degradación militar no muy frecuente en la época [5].

Don Hugo envía un bergantín a Nápoles solicitando al virrey refuerzos, un socorro de 3000 infantes y 200 hombres de armas y 4 galeras, pues considera su ejército pequeño para la empresa que ha de ejecutar.

A pesar de estos reveses puntuales, el 25 de mayo, Said, hijo de Sulimán, jeque de la isla de los Gelves, no aguardando socorro alguno de su señor, el rey de Túnez, procede a capitular ante don Hugo [6], convirtiéndose en tributario del Emperador y Rey de España.

Aquellos versos de la copla que decía "Y los Gelves, mare / malos son de tomare", que recordaba el desastre de la jornada encabezada por García de Toledo, perdieron su sentido.


Las tropas de la jornada de los Gelves

Una vez finalizada la jornada, llegaba la desmovilización de las tropas, a tres lustros del ejército permanente, lo normal venía siendo que los soldados se reclutasen por campañas, y no se mantuviese más que el número suficiente y mínimo con el que afrontar los retos previsibles, normalmente, en Sicilia y Nápoles, el control de la población local, la defensa de fronteras frente a ataques berberiscos o turcos, y la existencia de una fuerza capaz de movilizarse para hacerse cargo de empresas en Italia.

Diego de Vera se embarcó en 24 naves con los hombres de armas y jinetes de las Guardas de Castilla que habían servido en la empresa y los retornó a España desembarcándolos en Cartagena el 2 de julio [7].

Respecto a la infantería, la voluntad del Rey era "de conservar y entretener la dicha infantería hasta en número de 4000 infantes escogidos" dándoles dos pagas para vestirse y "alguna cosa" a los infantes que despidieran. Las pagas serían de 1 ducado al mes y comida, "sin daño de nuestros súbditos y con la menos costa que se pueda", y porque no estuviera ociosa y pudiera ser de provecho, ordenaba que se ocupara atacando algún lugar de Berbería.

A la infantería se la desembarcó en Favignana, y de aquí a 800 se les trasladó en naves a Nápoles donde llegaron "desnudos, perdidos y muertos de hambre" según el virrey Ramon de Cardona en carta de octubre, siendo socorridos con dos ducados cada uno. Algunos se quedaron viviendo en el reino, y otros partieron a buscarse la vida a Roma. La opinión del virrey era que era mejor mantener a las tropas de caballería del Reino - 845 hombres de armas en 14 capitanías - siendo más fácil levar tropas de infantería, y que no debía mantenerse más de 1000 o 1200 soldados - a lo sumo 1500 - en el reino de Nápoles.

El embajador en Roma, don Juan Manuel, proponía en septiembre una forma fácil de tomar Génova: que don Hugo dejara "amotinar a 1000 infantes o que los despida" y otro día vinieran "otros mil a Nápoles sin licencia de d.Ugo" y con estos dos mil, y la gente del bando de los Adorno se tomaría la plaza sin esfuerzo y sin coste para la corona [8].

Se dotaron 30000 ducados para el despido de los infantes, y a una parte - 900 - se les embarcó para España [9]. Otra parte de los soldados se embarcó en dos barcos que compró don Francisco de Urrea para la Armada de socorro a Rodas [10].

En diciembre, el comendador Ycart o Icart debía traer de Sicilia a Nápoles a 1000 infantes, y estos parece que eran los últimos que quedaban en aquel reino del contingente que había rendido los Gelves en mayo.


La infantería despedida marcha sobre Roma, 1521

En Roma el Papa, tras dar dinero a los soldados que allí habían llegado, les rogó se embarcaran en la armada de Pedro Navarro que servía al rey de Francia, a lo que los soldados se negaron, retornando a Nápoles, donde algunos se embarcaban en noviembre para España.

En enero-febrero de 1521, unos 1500 [11] infantes "desocupados" marcharon desde el reino - algunos desde Cosenza - a cruzar el Tronto metiéndose en tierras de la Iglesia, generando las protestas de Su Santidad ante el Emperador y el Virre, y las sospechas de diversos estados italianos de que el Papa hacia reunir secretamente esas tropas para marchar sobre Ferrara.

Recibiendo a un hijo de don Juan Manuel - embajador del Emperador en Roma - indicaron que solo tornarían a Nápoles si recibían una paga, y el Papa se comprometió a entregarles 30 carlines. También se ofrecieron a servir a Su Santidad por un año, recibiendo seis pagas y alojamiento.

Desde la ciudad santa se enviaba a Guido Rangon con tropas hasta Rieti para controlar los desmanes de la infantería, que se juntaban en Civita Ducale [o Cittaducale].

Los soldados disponían de 800 escopetas y 7 falconetes, y a mediados de febrero las tropas de la Iglesia les dieron la batalla, matando a 200 de ellos. A mediados de marzo la mayoría se alojaba en l'Aquila, en los Abruzzos, tras rondar por Capestrano y  el marqués de Pescara debía acudir a Roma en misión diplomática para excusarse ante el Papa por la conducta de la infantería y con la comisión de restituir al Papa el dinero entregado por él a la infantería, pero parece que el dinero lo dio directamente a los soldados con la intención de doblegarlos, recibiéndolo desde Austria por mano del archiduque Fernando. Se debía dar paga a 4000 soldados alojados en los Abruzzos y a 800 más que estaban en Gaeta y Mola [12] con un importe de 12000 ducados o 15000. A eso debía sumarse la paga de la caballería alojada en la Puglia, la cual se barajó que acudiera a reconducir a la infantería.

Tras recibir la paga, a primeros de abril, al menos unos 1500 infantes se avinieron a regresar a Nápoles, recibiendo órdenes del virrey de alojarse en San Germano. En las mismas fechas, a los soldados que se alojaban en Nápoles, el virrey dio órdenes de que se alojaran fuera de la ciudad.

No obstante, a mediados de mayo, volvía Pescara, acompañado esta vez del capitán Salcedo a viajar al Tronto para visitar las tropas que allí se alojaban, con instrucciones del virrey de conducir las tropas, esta vez como ejército al servicio de su rey, a tenor del acuerdo con el Papa de 12 de mayo, y constituida liga contra el francés.

Hay que tener en cuenta el contexto en que se produce esta situación, y es que el Emperador y León X se hallaban en plena negociación de una liga o alianza para luchar contra el rey de Francia, que culminaría con la formación de un ejército Papalino-Imperial a mediados del año 1521 con la llegada de tropas suizas que se sumarían a las españolas de Nápoles. En estos primeros meses del año en que los infantes campeaban en la frontera del Reino con los Estados de la Iglesia, no obstante, todavía existían dudas de si el Papa no se decantaría por Francisco I.

Los soldados españoles, simplemente, se hallaban espoleados por los rumores de que el Papa necesitaría soldados, y acudían a Roma con ánimo de servirle, pero la marcha de unos miles de hombres que no tenían con que pagar alojamiento, ropa y comida, y que además, tenían como profesión el oficio de las armas, generaba graves problemas a su paso. Su actitud era muy distinta a la de los hombres que marcharían contra Roma en 1527 generando el famoso Saco, pero no por ello dejaban de constituir una muchedumbre generadora de disturbios.

En todo caso, este era el sino de los soldados en esta época en que no se habían constituido los Tercios de Italia como unidades permanentes: luchar una campaña, y ser despedidos a su conclusión, cuando ya no se les necesitaba, escamoteándoles las pagas en la medida de lo posible.

Se produjeron en el primer cuarto de siglo varias desmovilizaciones, y siempre fueron problemáticas y dilatadas. Por ejemplo, las tropas de la conquista de Nápoles que concluyera el Gran Capitán a primeros de 1504, todavía estaban retornando a España en el verano de 1506.

Quedarse en Italia sirviendo a otros príncipes y estados al ser despedidos, era un opción, pero acudir presto a militar bajo las banderas de su señor natural cuando este lo requería era lo normal, como sucedió cuando se formó en 1511 el "más noble y mejor" de los ejércitos que luchó en la batalla de Rávena. En todo caso, las guerras se acababan, como la de Urbino en 1517 [13], y los señores a los que se había servido, sobretodo, si no habían tenido éxito en su empresa, no se mostraban más generosos ni más agradecidos por los servicios prestados que la persona de su rey o la de sus lugartenientes, virreyes y capitanes generales bajo cuyo mando luchaban y morían.



Notas

[1] Como medida cautelar, en el puerto de Trapani todos los navíos, galeras y bergantines fueron retenidos, bajo pena de vida, de manera que los comerciantes - muchos de ellos venecianos - que acudían a Berbería a comerciar no dieran noticia de los preparativos de la Armada, que en este tiempo ya se sabía que era destinada para acometer una empresa en África, si bien se continuaba rumoreando no se tratara de un ejército en previsión de algún movimiento de franceses en Italia.

En diciembre, no obstante, se les daría autorización para partir - abonándoles una cantidad a modo de compensación - partiendo los venecianos a mercadear a Túnez e informando a sus socios comerciales de las últimas noticias de la armada española.

[2] Las cifras del alarde son de la correspondencia de Hugo de Moncada publicada en el CODOIN v.24, y por tanto, no dispongo de otras más certeras. No obstante, por relaciones italianas de la época, parece que habría unos 5000 infantes españoles y 2000 sicilianos, distinción que no realiza Moncada. Además, 70 carretas con artillería menuda.

La mayoría eran bisoños, resultando que "la maggior parte de questa compagnia, cussi da pede come da cavalo non haveano veduto guerra", según reconoció el propio Moncada.

Respecto al armamento, sabemos - por carta del 14 de abril - que Moncada había escrito al Virrey de Nápoles que enviase quinientas escopetas y mil quinientas picas "por la necesidad que dellas habia en este ejército por estar la gente muy desarmada", y que el virrey envió finalmente 1000 escopetas y 1500 picas "que han venido á buena sazon por el menester gran que dellas habia".
Como vemos, soldados bisoños a los que se les entregaba su armamento y que por tanto llegarían a los Gelves apenas familiarizados con su uso

[3] Otra relación indica que fueron 7 los capitanes muertos.

[4] Un caballero de Rodas, testigo de los hechos, escribió que "mai al mondo vide la piu cobarda gente che sono questi homeni d'arme". E insistía en que la gente de armas "essere molto codardi e mal destri, e alcuni loro capitani sono a cossi codardi come li subordinati".

El rey, en carta fechada en Bruselas el 24 de mayo, parece disculpar el comportamiento de los soldados, asegurando que "si en algunos de la gente de a caballo ha habido falta o exención, habráse causado de la poca experiencia de guerra que han tenido".

[5] La represalia de don Hugo generó, no obstante, algunas críticas, pues se consideró que podía generar divisiones entre los soldados.

Uno de los capitanes, Francés de Beumont, escribiría más tarde en su memorial - de 5 de septiembre de 1521 - que "fuy a las capitanias de los gelues gastando de mi hazienda y socorriendo con ella lo que ella pudo bastar y passando trauajos y peligros y ynjurias de escuderos". Tal vez las injurias a las que se refería eran burlas, o bien mal comportamiento de sus soldados.

[6] Hugo de Moncada, con título de "Capitán General de nuestro marítimo ejército y conquista de África".

[7] "Historia crítica y documentada de las Comunidades de Castilla", tomo 1º y 2º. Se hallaban en tierra de Sepúlveda en septiembre-octubre de 1520. Buena parte de los hombres de armas - también oficiales - se pasaron a los contrarios.

Tras el desembarco en Cartagena, la población se juramentó contra Diego de Vera y le incautaron la artillería que traía, fomentando también la deserción de muchos soldados.

[8] La estrategia de despedir a soldados, o dejarlos marchar sin licencia para que acabaran sirviendo a un señor italiano, ya se había llevado a cabo en 1517, durante la guerra de Urbino. Nadie podía creer que varios miles de soldados organizados salieran del Reino sin el beneplácito - aunque no fuera una licencia oficial - del virrey.

[9] En Anales de la Corona de Aragón se puede leer que el Cardenal Adriano de Utrcht, gobernador de Castilla: "ordenó que llegasen contra Segovia 4000 infantes y 500 lanzas que volvian de los Gelves y desembarcaron en Cartagena". Parece que es la misma fuente que usa Sandoval, pero el hecho es que quedaron muchos infantes despedidos en Nápoles, y que resulta extraño que estos 4000 infantes retornados - relativamente veteranos - no tuvieran más peso en la historia, si es que realmente fueron 4000 los que volvieron, lo cual creo descartar.

La "Historia crítica y documentada de las Comunidades de Castilla", al recoger correspondencia de la época, es una fuente más detallada que los Anales, pero siempre se refiere a tropas de caballería. Aparecen nombrados varios capitanes que sirvieron en la jornada, como don Luis de la Cueva, Rui Díaz de Rojas, don Francés de Beamonte o de Viamont, Juan de Ayala, don Juan de Velasco, don Diego de Mendoza, Pedro de Ávila. Véase el Apéndice.

También aparecen nombrados algunos soldados y contadores de las compañías. Otras obras sobre las Comunidades de Castilla aportan información complementaria sobre estas tropas que regresaban de los Gelbes o Gelves.

René Quatrefages, en su libro "La revolución militar moderna" indica que el núcleo de la infantería del ejército real lo constituyeron 1000 veteranos que envió el virrey de Navarra y 2000 reclutados por el Condestable de Castilla en zonas del cantábrico. De las tropas venidas de los Gelves solo se refiere a la caballería.

En "Reflexiones militares sobre las comunidades de Castilla", JM Calvo tan solo incide en la caballería que vino de Djerba.

[10] Ver carta de Ramon de Cardona de 24 de diciembre de 1520 folio 6, donde emplea el término "barchas". En mayo de 1520, el Papa León X había solicitado ayuda frente a la armada turca que había de venir sobre la isla. El Pontífice envió al menos tres galeones - con 250 infantes cada uno - y una fusta. Ver "La guerra dei pirati e la marina pontificia dal 1500 al 1560" volumen 1. 
Al final el turco no hizo la Armada contra la isla ese año, pero la acabó tomando en la Navidad de 1522.

A 11 de junio de 1520, venecianos informaban como  en Candía [Creta] "era zonta de lì una barza spagnola con fanti 230 partita di Tripoli". Por la fecha es imposible que transportara infantería de los Gelves, pero la noticia indica que las islas griegas formaban parte de los intereses geopolíticos de la corona.

[11] Si eran 1500, como recogen los informes recogidos por Sanuto, era la totalidad de soldados que habían de quedar en el reino de Nápoles según el virrey Cardona. Otras noticias indicaban que eran 3000 "mal in hordine" alojados en Lanzano. Y otras, de 13 de marzo, que 4000. Noticias más detalladas posteriores sostienen la cifra de 4000. Puede que las primeras no fueran erróneas, simplemente, la soldadesca se iría acumulando y juntándose en el Tronto.

[12] Se puede asumir que los 800 que quedaban en Gaeta y otras plazas de Mola no se habían amotinado, pero corrían el riesgo de hacerlo si no recibían la paga que habían conseguido los soldados desmandados. Noticia del 24 de marzo. Otras noticias indican que eran 300 los soldados en Gaeta bajo 5 banderas, y otras que 400 en 4 banderas.

En Gaeta se procedía en este tiempo a bastionar la ciudad, derruyendo para ello algunas casas - hasta 40 - para dar lugar a la construcción de la nueva fábrica. Los infantes se alojaban en este tiempo en las casas de los vecinos, lo cual daba lugar a roces y conflictos.

[13] Tras la guerra de Urbino, alguien tan práctico como el virrey de Nápoles, Ramon de Cardona, se hacía cruces de como era posible que regresaran al Reino más soldados de los "que habían servido en mi tiempo en Lombardía". Se respondía a sí mismo, diciendo que "no pueden ser sino mozos de caballos de Roma y otros italianos españolados que se han juntado con ellos".

Él, en su tiempo, echó a "rapaces, personas que no eran para servir en el exercito y los italianos", y así debería hacerse de nuevo para excusar el gasto de entretenerlos.