«España mi natura, Italia mi ventura y Flandes mi sepultura», origen de los versos y el «Vocabulario de refranes» del maestro Correas

«España mi natura,

Italia mi ventura

y Flandes mi sepultura»


Los famosos «versos» no parecen ser obra de ningún poeta ígnoto del Siglo de Oro, ni tampoco una invención decimonónica.

Los recogió el maestro Gonzalo Correas [1571-1631] en su «Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras fórmulas comunes de la lengua castellana ... : van añedidas las declaraciones y aplicación adonde pareció ser necesaria, al cabo se ponen las frases más llenas y copiosas». 

Escrito hacia el final de su vida, el refranero quedó inédito hasta que se dio a la imprenta en 1906.


El libro recoge infinidad de dichos, algunos explicados y contextualizados. Sin duda el maestro Correas era un hombre con mucha curiosidad.

«Ni todos los que estudian son letrados,  
ni todos los que van á la guerra, soldados.»


Ofrecemos aquí otros dichos de soldados, o relativos a ellos, que hacen referencia a la vida militar, actiudes personales, vida material, armamento y otros tema, todos ellos recogidos por el erudito del XVII. Estos refranes o dichos, no siempre en forma de rimas, nos dan una idea de la fama buena o mala que podían tener en la época los soldados.

Evidentemente, como toda tradición oral, había dichos con una base real, y dichos que estaban hechos para provocar la risa del que los oía.

En todo caso, tienen su valor histórico-cultural.


Soldado español a punto de perder la cabeza durante la jornada de Túnez en 1535

Entre paréntesis y en color azul, la explicación de su significado u origen del propio Correas. Aclaraciones propias sin paréntesis y en color negro.

Refranes con referencia a actitudes vitales y a cualidades morales de los mismos:

  • «El amor del soldado no es más de una hora, que en tocando la caja y á Dios señora». La caja era el instrumento que tocaba el tambor, o atambor, el oficial músico encargado de transmitir las órdenes con su instrumento. El dicho hace referencia a que los soldados iban de aquí para allá, y cuando les tocaban las cajas, habían de marchar, por lo cual no eran amantes leales; o viceversa, no eran amantes leales y se excusaban en sus obligaciones militares para dar esquinazo a sus amigas.
  • «Valientes soldados, más sueltos de pies que de manos.». Este refrán hace referencia a soldados cobardes que antes huían corriendo sobre sus pies que luchaban con las armas en la mano.
  • «No matará cosa que no sea de comer.» (Moteja de soldado cobarde, que matará gallinas por los lugares de alojamiento.) 
  • «Fraile que fué soldado, sale más acertado.». En este caso, el dicho valora al soldado como alguien disciplinado y de buenas costumbres morales, que después de una vida dedicada a la milicia, se entrega a la vida religiosa, en la cual, por el hecho de haber sido soldado, tendrá una vida más ejemplar que otros hermanos que vengan atraídos por otras causas que el mero recogimiento de la vida al servicio de dios. El refranero ofrece un sinfín de dichos sobre frailes poco ejemplares: «A clérigo hecho de fraile, no le fíes tu comadre». «Amor de ramera, halago de perro, amistad de fraile y convite de mesonero, no puede ser si no te cuesta dinero.» «El lobo harto de carne, métese fraile.»


Sobre soldados veteranos y bisoños:

  • «Engerir, engerir entre dos buenos un ruín». (Así hacen en la guerra, que entre soldados viejos mezclan bisoños.) Vemos que el bisoño aparece caracterizado como ruín, y el soldado viejo como bueno. Aunque la ruindad es una calidad moral que difícilmente se puede vincular a la mayor o menor experiencia militar, los bisoños solían tener mala fama en lo que a su efectividad de combate, y por lo tanto, sí que es rigurosamente cierto que un bisoño se hacía un buen soldado en compañía de veteranos, cosa para la cual debía transcurrir un año en guerra viva, o dos en guarnición, según el tercer duque de Alba.
  • «Canas y armas vencen las batallas». (Capitán viejo y soldados mozos; consejo y experiencia de soldados viejos, y armas y fuerza de juventud.)


Sobre la vida material del soldado. En general, el infante español aparece retratado soportando penurias y hambre, robando gansos y gallinas para llenar la tripa. Pero también en ocasiones estos dichos hacen referencias a cualidades morales de los mismos:

  • «Al soldado, pan seco y vino preado». Preado significa robado o saqueado.
  • «Amigo quebrado, soldado, mas nunca sano.»
  • «El ajuar de la frontera: dos estacas y una estera.»  (Por el poco ajuar de los presidios de soldados de frontera.). Hay una variante de esta: «Tres estacas, y una ortera, el ajuar de la frontera»; ó «tres terrazas y una ortera», que serán ollas y vasijas de barro. (Con esta lectura se entiende hacienda de mujer pobre; mas entiendo que se ha de leer el ajuar de la frontera por las pocas alhajas que tienen los soldados en la frontera de enemigos y presidios.)
  • «No matará cosa que no sea de comer.» (Moteja de soldado cobarde, que matará gallinas por los lugares de alojamiento . ) 
  • «Nunca ví morir en guerra soldado que de ella venga, ó que en ella venza»
  • «Soldado perdido, por mala paga, por mal pagado». (Dícese por causa, y disculpa de soldados poco medrados.)
  • «Grazna el ganso, y muere á manos del soldado». (Porque fué descubierto por el graznar, aviso que es bueno callar.)
  • «Buen pendón tenemos, mejor fuera buen ajete». (Un cofrade alaba lo primero, otro quisiera lo segundo; vale á capitán y soldados. )
  • «Campo roto, paga nueva.» (Es de soldados.)  Correas recoge este dicho que apela a que los soldados, al vencer en una batalla, habiendo roto el campo del enemigo, reclamaban se les satisfacieran los adeudos, o - por ejemplo, lo vemos en el caso de alemanes o suizos - que reclamasen una paga extra por la victoria, cosa que sucedió, por ejemplo, tras la batalla de Bicoca en 1522.
  • «Hacer el alto de Vélez»; «hizo el alto de Vélez». (Cuando uno se acoge con lo suyo ó ajeno, como sucedió en Vélez, y en otras ocasiones de la guerra de Granada, que los soldados, habiendo despojos, se volvían á sus casas huídos y hartos de los trabajos, y dejaban los capitanes y banderas solos, porque los más eran concejiles.). Concejiles, o sea, soldados de milicias de los concejos, no profesionales.  


Refranes relativos a los oficiales, al gobierno de la soldadesca y a oficiales y soldados famosos:

  • «Capa y espada de Juan Gaitán.» (Fué valiente soldado en Flandes.)
  • «Un capitán Juan de Urbina, y un alférez Santillana.» (Estos dos valientes españoles fueron tan señalados en Italia en tiempo del Rey D. Fernando y el Emperador Carlos V, que dieron ocasión á este refrán con que durará su memoria eternamente.)
  • «El capitán galgo, y los soldados liebres.»  (Lo que « El capitán león, y los soldados ciervos».)
  • «Ni mesa sin pan, ni ejército sin capitán.»
  • «No sabe obedecer, no quiere mandar.» (Es de soldados y capitanes; porque el que obedece bien, es estimado y viene á subir, y ser cabo, y mandar, y el que no obedece no medra, ni le fían nada. )
  • «Mil en campo y uno en cabo.» (Que el capitán sea valeroso, que hará esforzados cualesquiera soldados; ó ciento en el campo y uno en el cabo; es refrán de los más antiguos y está en la historia del Rey D. Alfonso II sobre Algeciras.)



Un par de dichos sobre los orígenes sociales de los soldados, vistos aquí como labradores virtuosos:

  • «El buen soldado, sácalo del arado» (Porque está más dispuesto el trabajador para sufrir los trabajos de la guerra; así lo hicieron los antiguos romanos, que para capitanes, y aun dictadores, sacaron algunos de la labranza.)
  • «Ese tira dardo, que se precia del arado». (Que los buenos soldados y sufridores de los trabajos son los ejercitados en la labor del campo, y labradores, porque en las ciudades el ocio y vicio destruye los mozos.) El dardo era un arma bastante usada hasta finales del siglo XV y aún primeros del XVI, por lo que este dicho debe ser de esa época o anterior.


Dichos sobre oficios militares:

«Caballo ligero en guerra, hombre de armas en paz, infante nunca jamás.» (Caballo ligero no entra en lo riguroso de las batallas; en paz, el hombre de armas goza su sueldo. La infantería pasa más trabajo, y es el nervio principal de la hueste, si es española.)

 

Sobre las cualidades de los soldados, según su nación:

  • «España sola pare los hombres armados.» (Decia esto el rey Francisco, que lo experimentó muchas veces con su daño.) El rey Francisco es Francisco I de Francia, que fue derrotado en la batalla de Pavía en 1525, batalla en la cual la escopetería y arcabucería española tuvo un papel fundamental.
  • «El tudesco, en campaña; el italiano, tras muralla, y el español, á ganalla». Este dicho atribuye a cada nación que servía en los ejércitos del rey católico unos atributos y cometidos: el alemán era bueno para combatir en campaña formando cuadros de picas, el italiano, para guardar una plaza, hallándose tras la muralla, y el español, para asaltar una plaza, ganando la muralla de la misma. Esta expresión la recoge también Prudencio de Sandoval en su Historia de Carlos V, coetáneo del maestro Correas y que sí que vio publicada su obra en 1614/1618, por lo que Correas bien pudo haberla leído en ella, y no ser realmente un dicho popular.


Expresiones de origen militar pasadas al lenguaje popular:

  • «A la deshilada». (Término militar cuando los soldados uno á uno, y dos á dos, disimuladamente se van á juntar en otra parte, ó se derraman.)
  • «Hacer la mochila». (Por prevenirse bien, á imitación de la del soldado.)
  • «Pasar la palabra.» (Es decirla uno á otro, hasta llegar al postrero, como en los ejércitos. )
  • «Pasar por las picas.» (Por gran dificultad casi imposible: es castigo entre soldados pasar á uno por las picas, y es que se hacen dos hileras y el condenado ha de pasar por medio, donde por una banda y otra le alcanzan; varíase « pasé, pasó por las picas» .)



Dichos generales sobre ejércitos:

  • «Seguro está el campo.» (Por el ejército y real, y el mismo campo. )
  • «Por un clavo se pierde un caballo ; por un caballo, un caballero; por un caballero, un ejército.»
  • «Por un clavo se pierde una herradura; por una herradura, un caballo; por un caballo, un caballero; por un caballero, un campo; por un campo, un reino.)»


Sobre Italia y Flandes, y la guerra en dichas partes:

  • «Irse á las Italias; irse á las Andalucías.» (Irse á la guerra, y así á otras partes.)
  • «A todo faltar, ahí está Italia, do no faltará nada; ó una pica ó lanza»


Además de dichos relacionados con la soldadesca, también recogió dichos traídos por los soldados de otros países, explicando de donde vino a popularizarse el refrán:

«Es tan valiente como el león del Aguila, que la ternera le roía la cola». (Moteja de cobarde. Aguila fué una ciudad que está arruinada, en la ribera del río Erguila, en cuyos campos se cría mucho ganado y en los montes leones tan cobardes que si un pastor les da voces huyen de él, y son ejemplo de cobardía; en Africa y en Fez corre este refrán, y de allá le trajeron á las costas, vuelto en castellano, los soldados y gente de Orán y otros.)


Algún refrán relativo al armamento de la época: 

Espadas

  • «Dedo de espada y palmo de lanza, es gran ventaja.». En un lance con estas armas, venía de un dedo de distancia en el caso de combatir a espada, y de un palmo en el caso de la lanza decidir la suerte de los contendientes. 
  • «Bueno el hombre ha de tener, caballos, espada y mujer.»
  • «Cortiancha y rabiseca de pun, como espada de Sahagún.» (Pun dicen por punta, por hacer consonancia.) 
  • «Espada de la es, ni la prestes ni la des, ni la tengas más de un mes.» (Las espadas que tenían por señal la letra S, no eran buenas, ni las que se doblan y quedan hechas S.)
  • «Espada valenciana y broquel barcelonés; puta toledana, y rufián cordobés.»
  • «Espada de tres canales, no la han todos rufianes»
  • «A quien no le basta espada y corazón, no le bastarán corazas y lanzón.»


Arcabuces

  • «A prueba de arcabuz.» «A prueba de mosquete.» (De las armas fuertes; trasladado á otras cosas hechas firmes y de fuerza.)
  • «Arcabuz que no revienta, se escalienta.» (A propósito del que calla y piedras apaña, y del que bebe mucho y dice que no se emborracha.) 

Lanza

«Enristrar por no dar, encuentro feo.» (Es no llevar la lanza baja, y dar en la cabeza del caballo, ó en la tela, ó liza. )


Armas defensivas, pero también espadas: 

  • «Cubríos bien del pavés, de las voces no curéis, con bien vamos á Castilla.» (Palabras son de capitán animando á los soldados contra los moros que acometen con gran grita. También dicen que estando sobre Alora y durando el cerco, salían con treguas los moros á vender cosas al real, y una gentil mora se aficionó de un cristiano y él de ella, y trataron, ganada la villa, venirse á Castilla, y que para el día del combate ella le dió este consejo.) 

«Armado de punta en blanco.» (Quiere decir: armado de pies á cabeza, con todas las piezas de un arnés, y las demás armas defensivas y ofensivas, desnudas, á punto y guisa de acometer y pelear. Este es el concepto y sentido que todos hacen, y lo que entienden por armado de punta en blanco. Por qué se dijo ya lo tiene olvidado el vulgo y no veo quien lo sepa, que es harta maravilla estando la razón tan á la mano y cerca. Por lo que se dijo es: porque cuando un caballero va á entrar en batalla y acometer al enemigo, ó en justas y torneos, va todo armado con la lanza en ristre, desnuda la cuchilla y descubierta en blanco la punta; y si son hombres de á pie, también acometen armados á su modo, con petos y arcos, y las espadas desnudas y las picas y chuzos, que es llevar la punta en blanco. Bien notorio es que, las espadas de corte, desnudas, se llaman espadas blancas, porque están acicaladas y lucias, á diferencia de las de esgrima, que se llaman negras porque lo están. Dícese por lo mesmo esgrimir con espadas blancas por las de corte; y ansí las lanzas, cuando las llevan en mano desnudas las puntas van de punta en blanco, á diferencia de cuando están con sus fundas ó cubiertas ó vainas en la armería por defensa del polvo y orín. Si un hombre va caminando con un gorguz ó azagaya en la mano, cuando pasa por lugar le pone en la punta un zoquete de corcho ú otra cosa, y así no tiene pena si la lleva descubierta, que es la punta en blanco propiamente. De más de esto, usan en las espadas largas y estoques y montantes tener cercenado un tercio de la vaina á la parte de la punta, para dejarla en casa saliendo de noche, lo cual es salir de punta en blanco. Por donaire dicen armado de tinto en blanco, como decir bien bebido.)


Algún refrán curioso de como eran vistos los españoles allende sus fronteras:

  • «Español loco, rompe lo sano y pone lo roto.» (Dicen esto en Italia, porque los españoles acuchillan las cueras y pican los vestidos, por gala.)
  • «Español marrano.» (Dícelo el italiano porque allá todos se hacen nobles, dando á entender que no lo son todos, sino que algunos guardan los marranos.) Aquí el maestro Correas omite el tema de la limpieza de sangre. 


Sobre espadachines, fanfarrones y rufianes:

  • «Hombre mundano, la rueca en el seno y la espada en la mano.» (Es el rufián que cobarde riñe pendencias más con fieros que de veras, y siempre con ventaja, y procura guardarse por gozar la amiga, y encontrando un esforzado, huye.)
  • «Tan bien corta mi espada como la suya.» (Contra amenazas fanfarronas. )
  • «Lágrimas de puta, amenazas de rufián y juramentos de mercader, no se han de creer.»


 En fin, hay infinidad de otros refranes muy curiosos que nos dan noticia de la cultura popular de la época, con sus aciertos y sus prejuicios, como cualquier otra, pero son siempre muy interesantes.





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