Leyendo acerca del motín de las tropas españolas que lucharon en la batalla de Mook o Heumen [abril de 1574] en los Países Bajos contra los rebeldes, he visto referencias directas a la corrupción de los oficiales, en lo que a meter mano en la caja del rey se refiere, al incluir plazas muertas en las listas de sus compañías por las cuales recibían el sueldo que habían de repartir entre sus soldados.
Plazas muertas eran soldados fingidos, que se relacionaban sin más en las listas que entregaban los capitanes, cuyo engaño debía mantenerse cuando se tomaba muestra, haciendo pasar por soldados a criados, mozos, mochileros o personas sin relación ninguna con el ejército como villanos.
Entrados los amotinados en la villa de Amberes - con consentimiento o sin oposición, según se mire, de Sancho Dávila, gobernador del castillo o ciudadela - se acuerdan con Luis de Requesens, gobernador de los Países Bajos y Capitán General del Ejército de Flandes, en tomar muestra general el día 2 de mayo, para dererminarse los soldados que habían de cobrar, y la cantidad que a cada uno se le adeudaba.
Y como los soldados no confiaban en que no se incluyesen plazas muertas por parte de los capitanes
para esto nombraron dos personas por compañía , que con juramento declarasen los que no habian de pasar,
Y el propio Requesens era partidario de esto, ofreciéndoles protección de sus oficiales:
y encargúeles cuanto pude que mirasen por el servicio de V. M. sin temor de sus capitanes y oficiales, ofresciéndoles que haciendo lo que debian les daria plazas en los castillos, ó los dejaría pasar á otras compañías, y aun les daria licencia para ir á España y otras muchas coniodidades
Y viendo en la actitud de los soldados, un beneficio para el rey:
no consentiendo los robos de sus oficiales, que en esta parte habian ellos enviado á ofrescer que harian maravillas, ahorrando á V. M. muchos dineros [...] se ahorraban en esta muestra á V. M. gran suma de dinero, si la cuenta se pudiera hacer justa conforme á ella , y así lo paresce en el descontento de los capitanes
Pero los capitanes de las compañías, alojados en Lier(a), aún persistían en tener mano en la muestra, y Requesens, por no desairarlos, pero sin doblegarse ante ellos, les reclamó:
que cada uno dellos enviase la lista de los soldados que tenían firmadas de sus nombres y juradas,
Orden que no deseaban cumplir, ya que
no querían poner su honra á peligro de que un comisario , ó un oficial del contador , ó un soldado de los que estos diputaron les borrasen una plaza de las que ellos afirmasen ser ciertas
Y admitían al propio Requesens la corrupción que les había beneficiado:
y que ellos se confesaban conmigo de que hasta aquí se habían aprovechado de algunas como era costumbre, por ser imposible sustentarse con sus sueldos en tiempos tan caros
Los capitanes cumplieron a medias, entregando las listas, sin firmar ni jurar ante la reacción airada de Requesens,
porque sí no se enmendaban no me contentaría con quitalles las compañías, sino con cortalles las cabezas
Los capitanes persistían en estar por allí durante la muestra, pero los soldados se opusieron a ello. Fueron llegando todos los capitanes desde Lier a Amberes:
y como los amotinados lo entendieron tocaron arma con el mayor alboroto del mundo, y comenzaron á hacer 100 mil desórdenes, y echaron bando que todos los oficiales saliesen dentro de una hora so pena de la vida, y fueron á romper las puertas de las casas de algunos dellos especialmente las de Julián, cuya persona corrió harto peligro, y dijeron contra él mil injurias y palabras desacatadas.
O sea, que vemos por un lado, que la corrupción de los oficiales, por un lado, resta dinero a la caja del rey, tergiversa los datos reales sobre el número de soldados de que se disponía al falsificar las listas incluyendo esas plazas muertas o fingidas, y encabrona al personal, que harto de pasar penurias ve como los capitanes se enriquecen a costa de la caja común de la que perciben sus sueldos.Y esto sucedía en un ejército que era paradigma de control administrativo como era el de Flandes...
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