Armas enastadas

Amén de la pica, que tratamos por su importancia en otro lugar, en los tercios se empleban varias armas de asta, todas más cortas que la pica, y que tenían en muchos casos antes un carácter de insignia o emblema del oficial, que de arma ofensiva de uso habitual.

Varios soldados asisten tras un parapeto a la salida de la guarnición alemana de Amberes, en 2 de agosto de 1577. De los cuatro soldados con armas de asta, vemos de izquierda a derecha a un soldado con una alabarda, uno con una partesana con alas reducidas, el tercero con una jineta, y el cuarto con una partesana de alas en forma de media luna.


Alabarda

Por su importancia, en primer lugar tendríamos este arma, que amén de ser la insignia del sargento, era el arma empleada por los alabarderos. Se trataba de un arma que tenía un asta de unos dos metros, cuya moharra tenía forma de hacha [hoja ancha en la parte frontal y hoja aguda en la posterior] con una punta metálica saliente en el eje del asta:




Partesana

La partesana era un arma similar a la alabarda, pero cuya moharra tenía las dos hojas laterales, o alas, simétricas, generalmente en forma de media luna. Las alas podían ser cortas o largas, y lo mismo el hierro. 



La pieza central es una alabarda

Era un arma de munición, como se puede ver en este apunte sobre la Gran Armada de 1588:
Asimismo se llevan de respeto 7.000 arcabuces, 1.000 mosquetes, 10.000 picas, 1.000 partesanas y alabardas, 6.000 medias picas, y para caso de saltar en tierra las herramientas de azadas, azadones, picos, palas, espuertas y mochilas necesarias para setecientos gastadores , haciendo cuenta que para cada uno de ellos se llevan tres piezas de cada género. 
Lisboa, 9 de Mayo de 1588.




En algún lugar he visto indicado que se trataba de la insignia del cabo de escuadra, mas en el periodo que nos ocupa, no he visto relación alguna que así lo indique.

Se podía asociar este arma a la rodela, y combatir armado de rodela y partesana, habiendo partesanas ligeras - para arrojar - y partesanas pesadas, para combatir con ella a mano, si bien esto era algo no demasiado habitual. 




Corcesca

La corcesca era un arma que tenía una hoja muy similar a la partesana, solo que las alas de la misma eran más agudas y prolongadas - normalmente - en el sentido de la hoja principal a manera de tridente. No fue un arma de munición.



Martín de Eguiluz, en su Discurso, milicia y regla militar de 1595, da su opinión personal respecto a la corcesca, la cual considera un arma mejor para pelear que el ginetón o la alabarda, y recomienda que el sargento la porte en lugar de esta última:

"Las armas que un Sargento debe servir [son un morrión galante, un coleto de ante y unas mangas de malla] y un ginetón, o corcesca algo grande de hierro, que es mejor que alabarda [...] así para pelear [...] como para rondar, y para traerla de ordinario, que es más ágil y fuerte el asta [...] y más larga que la del albarda, que la tiene débil, por causa que es dulce la madera para poderla guarnecer de terciopelo [...] que se rompe fácilmente [...] porque si el asta fuese de leño fuerte, no habría quien pudiera sustentar el peso de la alabarda, ni se podría guarnecer de brocas, pues el hierro no es más de belvedere [que] no sirve sino de vista. Yo me he hallado mejor con la corcesca, que con el albarda en cinco años que ejercité todas dos armas".

Las alabardas con hierro de belvedere de finales del XVI, eran muy diferentes de las magníficas y pesadas alabardas de principios de siglo que usaban alemanes y suizos; por eso quizá la comparación sea sesgada, pues compara un arma muy adornada y no un arma de munición.

Soldado armado con corcesca. Giorgio Vasari, "Batalla de Barbagianni, cerca de Pisa". 



Jineta

La jineta era la insignia del capitán, la cual era llevada por el paje de jineta. Era un arma de asta cuya moharra tenía una punta en forma de gota u hoja de laurel, aunque los diseños variaban.






Hierro de jineta grabada y dorada, con borlas en el asta. Arma de un maestre de campo. Tapiz "Asalto del campo de Hulst" detalle.



Venablo

Los abanderados o los alféreces podían usar venablos, llevando en la otra mano la bandera, si bien eran unas armas más propias de la caballería, estando pensadas más para lanzar a modo de dardo, que para ser usadas como arma de mano.

Lámina 52 del Inventario iluminado. El arma marcada con una B, que tiene una cruceta o hierro de tope bajo el hierro en forma de laurel, es un venablo, según dicho inventario. A la izquierda tendríamos una alabarda, y a la derecha una jineta. Son armas pertenecientes al emperador Carlos, por lo tanto, en su mayoría de la primera mitad del siglo XVI. 





Espontón

El espontón era un arma similar a la jineta. Su hoja principal era en forma de lágrima como en esta, pero o bien su filo no era de línea continuo, o en la base - antes de la fijación al asta - tenía un añadido, una "papada" circular.
Jinetas y espontones podían contar con una cruceta, que hacía las funciones de tope, de manera que si se ofendía con el arma, no penetrase tanto en el cuerpo que costase recuperarla. Esta función de tope en las partesanas y corcescas ya la cumplían las aletas.



Chuzo

El chuzo por definición es un arma de asta con una moharra de líneas sencillas, sin salientes ni aderezos. La moharra del chuzo podría ser la de una pica, pero el asta era "corta" como el resto de enastadas aquí nombradas.

A diferencia de la pica, cuya sección era variable - más gruesa por donde se aferraba y más fina en los extremos - el asta del chuzo era constante. Era un arma muy común en las embarcaciones, naos y galeras, pero también podía hallarse siendo usadas por soldados de infantería.

[...] y que traen mosquetes para los soldados y gente de la mar, y medios mosquetes, y que algunos traen sobrados y traén picas y chuzos y de las picas largas tendra cada nauio diez ò doze, y que trae toda esa armada de soldados y marineros setecientas y veinte almas.
[1615] Relación sobre una armada corsaria holandesa del maestre de campo don Diego Florez de León




El chuzo, como la media pica, no era un arma óptima para luchar en escuadrón contra picas enteras:

Si se escaramuça es unfructuoso el chuço, y le esfuerça en tal ocasion al Capitan de alcabuzeros dexallos, y abançarse con la mosqueteria para hacer la defensa y carga menos rigurosa; y si anduviere tan trauado el rencuentro, que los chuços puedan ser de algun seruicio, con facilidad se sacaran dos hileras de picas del esquadron opuesto, y es evidente que al chuço no le quedara resistencia contra la pica.
Si cargan la retaguardia por los propios fundamentos, no son de prouecho; si se defiende una cabeza de trincheras, o asalta otro puesto, la experiencia siempre enseña ser el chuço corta defensa, y ofensa contra la pica.
[1632] Preceptos militares, orden y formación de escuadrones, Miguel Pérez de Egea



Y aún tras esta advertencia, en las compañías de arcabuceros encontrábamos soldados sirviendo con chuzos:

la Infantería Española, conserva toda vía alguna arcabuzeria, con algunos chuzos, con que sirven sus Compañias en las vanguardias.
[1644] Arte militar deducida de sus principios fundamentales, Carlos Bonieres, baron de Auchy



Media pica

Mientras que su hermana mayor medía entre 25 y 27 palmos de vara castellana [5.20-5.60 metros] la pequeña tenía unos 12 palmos de longitud [unos 2,40 metros]. Las moharras anteriores podrían corresponderse también a este arma. Era un arma de munición habitual sobre todo en galeras y navíos, pero también se usaba en tierra, como vemos

Y diciendo esto, [Barlota, coronel de Walones] saltó con media pica él y cosa de cien soldados principales y Capitanes que le siguieron, y con un ánimo invencible cerraron con el escuadrón y desordenaron la primera hilera, peleando pica a pica
Asedio de Hulst por el Archiduque Alberto en 1596.

Podemos ver estos hierros de picas - que serían iguales a los de las medias picas y similares a los de los chuzos - en este detalle de una lámina del Zeugbuch de Maximiliano I, de 1502, en la que se puede ver un taller dónde se fabrican picas.


Aquí, el coronel valón, lideró el ataque armado con una media pica, enfrentándose a soldados armados con picas, que tenían ventaja sobre él. Lelio Brancaccio recomendaba - en 1610, aunque hay edición impresa en Barcelona en 1639 - que no se usaran en día de batalla, estando en escuadrón, por motivos similares a los expuestos por Pérez de Egea respecto al chuzo.


Vemos por una provisión de material para San Agustín en la Florida [1703], que los hierros de chuzos y picas eran equivalentes:
dada orden el Presidente de la Casa de la Contratación , de que buscase en Cádiz II Pieças de Hierro, de 12, y 18 Libras de Bala, con Palanquetas, y Atacadores, Saca-trapos, Cucharas ó Planchas de Cobre, ó el Metal, para hacerlas en la Florida, 100 Mosquetes , 100 Arcabuces , y 100 Escopetas , para las ocasiones , que se ofreciesen de Noche, ó Marchas largas, 50 Caravinas , 400 Hierros de Chuços ó Picas , 100 Quintales de Pólvora delgada




Armas de guardias. Cuchilla o archa

Guardia de archeros de los Archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia, a su llegada a Bruselas en 1599 [grabado de 1602]. 


Las cuchillas eran un arma típica de las guardias de la casa de Borgoña. Las podemos ver en tiempos de Carlos V, en su entrada a Bolonia para la coronación imperial [1530] y seguirán en boga por los reinados de sus descendientes, siendo conocidos los guardias- ya en tiempos de Felipe III - como guardias de la cuchilla. 

Estas guardias de soldados flamencos, derivaban de guardias montadas a caballo armadas con arcos, y llamados archeros, pero con el tiempo, fueron guardias a pie y las armas que llevaban tomaron el nombre de su antigua profesión, pasando a denominarse archas las cuchillas que llevaban. 

Los guardas usaban estas cuchillas para guardar la persona cuya guardia se le había encomendado, siendo útiles para apartar multitudes de curiosos. 

Ambos nombres son totalmente correctos, pero para 1530, un español no hubiera sabido que era una archa. 

Guardias armados con cuchillas. Nótese el de la derecha, en cuya cuchilla se puede ver la divisa de Carlos V: las dos columnas de Hércules bajo la corona. La gran cabalgata del Papa Clemente VII y el Emperador Carlos V en Bolonia [grabados de 1532]. En general, las armas enastadas de principios del XVI eran más pesadas y robustas que las de fin de siglo.




Ronca o guja

Sobre las armas offensivas de los Ingleses hauemos aqua platicado y escriuo al duque n[uest]ro capitan general que deue procurar con el capitan general del serenissimo Rey de Inglaterra my fijo que todos los Ingleses que trahen alabardas y bujas tomen picas y que los archeros queden con sus arcos que el capitan aleman que trahe podra enseñar y fazer diestros a los que tomaren las picas y espero en n[uest]ro señor que ordenado desta manera el exercito de los Ingleses junto con el n[uest]ro seran inuencibles
Carta del rey Fernando al coronel Cristóbal de Villalba, Burgos, 23 de junio de 1512. [LUQUE,C.159,D.70]



Abatimento de roncha, Opera Nova de Achille Marozzo Bolognese [1550]
 

La guja o ronca era un arma parecida a la cuchilla, solo que tenía un perfil metálico sobresaliente en la parte roma de la moharra, que daba lugar a poder trabar el arma del adversario. 

No era un arma desconocida por los españoles - véase la carta de 1512 - pero no parece que fuera muy usada.




Variedad de diseños de moharras o hierros

Combate con 'lanzas no muy largas las puntas herradas' entre dos hombres de armas a pie. Freydal Des Kaisers Maximilian I. Turniere und Mummereien


una noche los Españoles, Tudescos, y algunos Italianos secretamente salieron de Cremona a. viij . de Setiembre, y entrando en las dichas trincheas , que guardaban el Capitán Carpelon de Perosa, el Capitán lulio Brumat de Bressa , y el Capitán Moro con mucha gente, los mataron a todos con montantes, halabardas , y con algunas lanças no muy largas las puntas herradas: y con esto algunos que se libraron se volvieron a la ciudad. 
De ahí adelante el  Duque de Vrbino hizo que cada noche quinze hombres armados de armas de todas pieças con hachas en las manos anduviesen a tal guardia 
Libro de las cosas que sucedieron en Italia después de la muerte del Marqués de Pescara


Efectivamente, cualquier arma con un asta y un hierro en la punta, podía ser clasificada de muy diversas formas. Para uno sería un chuzo, para otro una media pica, para otro un lanza no muy larga con la punta herrada. 

La clasificación, pues, en algunos casos, era abierta. Evidentemente, nadie confundía una alabarda con una partesana, o una jineta con una corcesca, pero luego había mixtas.

A partir de unas formas básicas, se generaban multitud de diseños distintos, no sólo por las filigranas y grabados que tuviera la hoja, sino en sus formas. En el caso de corcescas y partesanas, por un lado, y jinetas y espontones, por otro, es difícil llegar a realizar con precisión tal distinción, y así, en catálogos de reales armerías que he consultado, aparecen clasificadas armas, que a priori, y con la descripción genérica, se podrían ubicar en la categoría no ya de sus hermanas, sino en las de sus primas hermanas.





Por el siguiente pasaje tomado de "Los comentarios reales de los incas", de Garcilaso de la Vega, parece que ciertos diseños - como el de la hoja en Flor de Lis - no tenían demasiada utilidad, más allá de impedir que la punta penetrara demasiado en la carne, o enganchar y desestabilizar al contrario, como narra el inca Garcilaso:

Oyendo el arma, metió las Horas en el seno y con su espada ceñida y una pica que acertó a hallar a mano, salió a la plaza y el primero con quien topó fué Diego de Centeno, y sin saber quién era, le dió un picazo y le atravezó la mano izquierda, y el segundo golpe le tiró a los muslos y le hirió en el muslo izquierdo, y no se le pasó, porque el hierro de la pica era un hierro antiguo de los que llamaban de orejas, que demás de la punta con que hería tenía a los lados dos vueltas a semejanza de la pintura que llaman Flor de Lis. y por tener aquellos cornezuelos a los lados no pasó el hierro el muslo: pero al tirar, que Pedro Maldonado hizo de la pica para dar otro golpe, asieron los cornezuelos de la cuchillada de las calzas que eran de terciopelo y dió con Diego Centeno en tierra. 


NOTA SOBRE LAS IMÁGENES: El común de armas de munición - esto es, de uso universal - carecería de tantos grabados y florituras como las ilustradas en las distintas partes del tema.

6 comentarios :

Alejandro dijo...

Gracias por el artículo,es muy ilustrativo,soy un enamorado de las armas enastadas,un saludo desde Málaga.

Carlos Valenzuela dijo...

Muy amable, pero la verdad es que esta entrada precisamente, era una de las más pobres. En la bibliografía que empleé no hallaba demasiada información, más que nada, porque no solían ser armas comunes de munición - excepto de la alabarda.

Un saludo desde Barcelona.

Lopekan dijo...

Me sumo a agradecer el artículo.
Espero que se sigan rescatando antiguos documentos de los que desgranar más y más información sobre nuestro pasado, y que historiadores esforçados nos los interpreten.

Mucho ánimo y que no decaiga

Unknown dijo...

Me gustaria adquirir una reproduccion de una pica que usaron los tercios viejos

Monsiña dijo...

Magnífico estudio, muy documentado y en tono divulgativo. Enhorabuena y gracias.

Carlos Valenzuela dijo...

Gracias a usted por leer y comentar. Un saludo Monsiña