La coraza o brigantina. La coraza del marqués de Mondéjar


Este soldado se puede asumir que es un jinete embarcado en una nao durante la conquista de Orán en 1509. Se puede identificar la coraza o brigantina, por los "clavos" o remaches que se ven en el peto de cuero. Jinete con brigantina y celada durante la jornada de Orán en 1509 (frescos de Juan de Borgoña). 




Obedeziendo el marques lo que el emperador nuestro señor le mandaua, aziendo tres esquadrones de su gente fue la buelta de los enemigos, avnque no con poco peligro de la artilleria y arcabuzeria de que continuo tiraban, y rompiendo por ellas las gano. Cidi Çeçi, que no dormia, discurriendo por sus esquadrones en vn caballo ruzio rodado que le dio Barba Roja aquel dia, con vna marlota de terciopelo berde con muchas lavores a la morisca y vn gran turbante en la cabeza, y vna cota jazerina y vna lança de aya y su adarga enbrazada, se venia azia los cristianos. Y viendole el gran marques de Mondexar, avnque las edades eran diferentes, yendo en vn caballo castaño que Franzesejo se dezia, que en la guerra de Viena don Antonio de Mendoza se auia allado en el, con vn jaez de carmessi muy rico y vnas corazas de tela de plata con muchos tachones de oro y vn sayo de terziocipelo carmesi bordado, con la espada [y] la celada que de su padre abia sido, con vna lanza muy linda y su adarga enbrazada, viendo venir el moro se le salio al encuentro, y vaxando las lanzas se encontraron reziamente; pero el marques, que mas diestro era, derribo al moro, y reboluiendo sobre el, sin que toda su gente fuesse parte para estorbarlo, le acabo de matar. Y juntandose los esquadrones vbo gran mortandad de entrambas partes; y los moros, que a su capitan general bieron muerto, y viendo al marques vn poco apartado de los suios, zerraron con el, y tirandole muchas lanzas arrojadizas le hirieron en mas de veynte cabos a su caballo, y a el en quatro o cinco, y defendiendosse valerossamente con la espada en la mano, porque la lanza estaba echa pedazos, y teniendo muchos caballos y ombres muertos a sus pies, Pedro de Zayas, su camarero, llego a socorrelle, y otros tres o quatro escuderos con el, pero fueron muertos luego. Y biendo los moros que tan balerossamente se les defendia, vn tropel dellos vinieron por detras, y tirandole vna lanzada le passaron las corazas, de que el marques sintiendosse tan mal erido, reboluiendo sobre ellos andaba como un leon matando e yriendo en ellos; y estando en tan gran aprieto y su caballo para caer, don Vernardino de Mendoza, su hermano, le socorrio y saco del peligro en que estaua. Y retirandosse azia las tiendas toparon al emperador que venia en vn caballo turco con su espada desnuda en la mano, con gran esquadron de caballeria a socorrerlos.


Historia de los condes de Tendilla, Gabriel Rodríguez de Ardila y Esquivias



Aquí podemos ver a un grupo de jinetes a principios del siglo XVI, armados con unos capacetes y embrazada la adarga de cuero en el brazo izquierdo. El segundo jinete por la izquierda - arriba - parece que lleva una "coraza" como la de la imagen anterior. Los jinetes son seguidos por hombres de armas, que ofrecían un notable contraste con sus arneses de guerra y sus almetes con las vistas cerradas. Grupo de jinetes y hombres de armas durante la jornada de Orán en 1509 (frescos de Juan de Borgoña). 



Si leemos sobre la toma de la Goleta durante la jornada de Túnez en 1535, esta escena del marqués de Mondéjar siendo herido por una lanza el 26 de junio, se repite una y otra vez en las distintas crónicas, relaciones y cartas que se produjeron en relación a la empresa, con diferentes detalles, siendo esta, destinada a dejar memoria de la casa de Tendilla, la más detallada.


Luis Hurtado de Mendoza, segundo conde de Tendilla y tercer marqués de Mondéjar era capitán general del reino de Granada y estaba al mando de las compañías de jinetes que se reclutaron en Andalucía para la toma de la ciudad norteafricana.


En esta ocasión, el marqués “estando abraçado con un moro le arrojo otro una lança que le paso las coraças y le echo por el espinaço cerca de un xeme de lança


Los jinetes españoles combatían a la morisca, con sillas de estribos cortos, lanzas largas que se manejaban con una mano y se protegían de las lanzadas con adargas de cuero. Las protecciones de cabeza en esta época eran diversas: se refieren celadas y morriones - que protegían las orejas y la nuca - pero también casquetes - una armadura de cabeza bastante básica que protegía el “casco” o cráneo.


El cuello se podía proteger por un gorjal, los brazos por unas mangas de malla, y los muslos, por unos faldajes.


Los jinetes que gobernaba el marqués de Móndejar iban de esta guisa. Podemos apreciar las adargas, las celadas que protegían orejas y nuca, las lanzas y las espadas. No vemos las corazas, pero es probable que las lleven bajo la ropa. Jinetes durante la jornada de Túnez. Cartón nº8 "Batalla en los pozos de Túnez" de la serie la Conquista de Túnez, por Jan Cornelisz Vermeyen.



El torso y los muslos estaban protegidos por corazas - lo que hoy se identifican en todos los catálogos con el nombre de brigantinas -. La descripción que del armamento de los jinetes hace Pablo Jovio, traducido en lengua castellana por Gaspar de Baeça, aunque breve, es bastante descriptiva:


porq no trayan mas q vna celada abierta y vnas coraças de laminas de hierro pegadas vnas con otras y vna ligera adarga de muy duro cuero a vso de los Moros y vna lança de ancha punta y vna espada ligera 


La coraza - o brigantina - era una pieza, según se puede ver en las ordenanzas de los armeros de Córdoba de 1512, extractada por Enrique de Leguina, cuyo cuerpo se labraba en cuero, sobre el cual se añadían unas planchas o “launas” remachadas. El peto debía tener 15 “launas”, más una launa en el volante, más tres en las faldillas - pieza que sería el equivalente a las escarcelas o faldajes de los coseletes. Por lo que parece pues, la disposición de dichas launas se hacía en horizontal. En la espalda debían ponerse 18 launas. Todas estas launas debían unirse al cuero con unos remaches llamados “clavos”, debiendo los armeros de emplear, al menos, 1000 clavos, porque se tendía a remacharlos salteados “que clavan uno, e dejan otro por clavar, por ahorrar la mitad de los clavos”. Según las dichas ordenanzas debía hacerse la coraza con buen cuero, y no en baldés - cuero de oveja - badanas - cuero de carnero - y ni mucho menos, en “cuero de perro”. 


Evidentemente, la coraza del marqués de Móndejar “de tela de plata con muchos tachones de oro” no era una pieza cualquiera labrada en “cuero de perro” y con clavos “salteados”.


Como vemos por el relato, la coraza no era una protección impenetrable, puesto que acabó siendo pasada por una lanzada, pero sí que resistió muchas otras lanzadas y ataques con azagayas o lanzas arrojadizas y le salvó la vida al marqués de Mondéjar en este lance. 



Un jinete como este pudo ser el que le propinara una lanzada al marqués de Mondéjar, pasándole las corazas un jeme, la distancia que hay entre el pulgar y el índice de la mano. Jinete árabe [Códice de trajes de 1547]. 



Por su parte, el Cidi Çeçi al que se enfrentó el marqués se protegía el torso con una “cota jacerina”, una cota de malla de acero que tenía fama de ser difícil de penetrar. En todo caso, tanto jinetes andaluces como jinetes “alárabes” combatían a la “jineta” y se armaban de esta guisa, con sus variantes nacionales, pero todos a la ligera. 



Imágenes: 

Jinete con brigantina y celada durante la jornada de Orán en 1509 (frescos de Juan de Borgoña). 

Grupo de jinetes y hombres de armas durante la jornada de Orán en 1509 (frescos de Juan de Borgoña. 

Jinete árabe [Códice de trajes de 1547]. 

Jinetes durante la jornada de Túnez. Cartón nº8 "Batalla en los pozos de Túnez" de la serie la Conquista de Túnez, por Jan Cornelisz Vermeyen.



Bibliografía: 

  • Historia de los condes de Tendilla, ed. Foulché Delbos en «Revue Hispanique», t.XXXI, 1914.
  • Relaciones de los sucesos de los españoles en África e Italia, MSS RBME V-II-4 (1º)
  • Glosario de voces de armería, Enrique de Leguina, 1912
  • Historia general de todas las cosas succedidas en el mundo en estos 50 años de nuestro tiempo, Pablo Jovio [trad. Gaspar de Baeça], 1563
  • Los soldados que conquistaron Túnez para el emperador Carlos V: las tropas de la Armada de Málaga, Rafael Gutiérrez Cruz, 2023






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