Tambor [Atambor]

El tambor o atambor [más común la segunda forma en los relatos contemporáneos] de la compañía, tenía como función principal tocar las cajas, medio principal para transmitir órdenes durante la batalla, así como para los distintos movimientos que una unidad debía hacer: reunirse, iniciar la marcha, deshacer la formación para descansar, etc... Amén de esta función, el tambor generalmente se encargaba de realizar comunicados, ya fuera a las propias tropas [publicar bandos, u órdenes dadas por la plana mayor] o al enemigo:
el Maese de campo manda un atambor de los franceses que en la villa estaban, que se rindiesen. García Cereceda, "Tratado de las Campañas y otros acontecimientos..."

Tambor español. Detalle del tapiz nº4 de la serie de Jan Cornelisz Vermeyen sobre la conquista de Túnez, 1535. Patrimonio Nacional

 
Amén de los toques de órdenes [a la orden, recoger, caminar - más o menos rápido según el son-dar arma, batería, llamar, responder, adelantar, volver las caras, parar, calar las picas...] el toque del tambor tenía su sentido anímico, y así se tocaban a la entrada y salida de las plazas, sones con carácter lúdico.

en esta orden comenzó el ejército de caminar, y al subir de una ladera de un valle tocaron las trompetas [1] y atambores, que hace mucho al caso para animar la gente; Guerra de Tremecén

Los tambores durante la marcha debían repartirse proporcionalmente a lo largo de la columna, para transmitir las órdenes. En el escuadrón, durante la batalla, se colocaban en las hileras centrales, junto a las banderas y los pífanos.

Cuando una plaza era rendida por pactos, entre las condiciones para la salida de la guarnición se indicaba si salieran tocando las cajas o no, imponiéndose la segunda, evidentemente, la más restrictiva, para que se denotara que los soldados de la villa rendida salían claramente derrotados. Cuando moría alguien notable, o se sufría una derrota importante, para denotar el bajo estado de ánimo, se destemplaban las cajas, o sea, se destensaba la piel cuya vibración sobre el armazón producía el sonido, para producir un sonido flojo o pobre.
y el Conde [de Alcaudete] mandó juntar á su enterramiento [de su sobrino] á todos los Capitanes con sus banderas, las cuales iban casi tendidas por el suelo, y los atambores todos destemplados, los cuales hacían un sonido muy doloroso; y bien era razón, porque él lo merescia y murió en tal demanda
El Tambor Mayor del Tercio era el encargado de mandar tocar la orden que correspondiera al resto de ellos, así como darles instrucción. El tambor debía conocer los sones de los tambores de otras naciones, para así identificar la acción que se produciría a continuación de la orden transmitida.

En teoría, la caja de los tambores de nación española se pintaba con alguna franja roja, color divisa de la casa de Borgoña, igual que los soldados llevaban plumas, bandas, fajas o cruces rojas cosidas en sus prendas para distinguir al príncipe al cual servían.

El tambor tenía un sueldo de tres escudos de soldada, y otros tres escudos de ventaja por "conocer su oficio".


Ceremoniales

En los funerales de oficiales y soldados particulares, parece que se acompañaba al difunto a la tumba tocando tambores y pífano:
Cuando falleció el capitán don Alonso de Carvajal - del tercio de Vasco de Acuña - el 24 de julio de 1544 por las heridas recibidas durante el asalto a Saint Dizier, su cuerpo fue llevado a la tumba escoltado por una compañía de infantería española - asumo que la suya propia - precedido por dos tambores y un pífano que tocaban una melodía llamada "La derrota de Marignan" [2]. Es curioso, pues la batalla de Marignan fue una célebre victoria de las tropas francesas sobre la infantería suiza, y a priori, el tema poco o nada tiene que ver con la historia militar española, por lo menos, de modo directo, pero cabe suponer que sería una tonada popular en la época. 



Mensajero

Comos los trompetas en la caballería, a los tambores se les encargaban 'embajadas' para llevar peticiones formales al enemigo, pues podían acercarse al campo dándose a conocer con sus sones.

un atambor del Landgraf  iba al campo del Emperador a pedir se diesen unos prisioneros por otros, y como era costumbre que el trompeta o Atambor había de ir tocando para ser conocido por mensajero para que no recibiese daño, y como el Atambor caminaba sin tocar, el Duque de Alba le dixo donde vas. 
El Atambor dijo: señor al campo del Emperador con un mensaje. 
Pues porque no vas tocando, dixo el Duque
Señor, dijo el Atambor, porque aquí está cerca el campo de Langraf y no pensé topar gente
El Duque dijo: pues tu no vas tocando a alguna bellaquería debes de ir. ¡Ahorquen este bellaco!
Y como le tomaron algunos mozos para ahorcarle, los caballeros le suplicaron le perdonase, y así le perdonó.
Historia y primera parte de la Guerra que don Carlos V...  movio contra los Principes y Ciudades rebeldes del Reyno de Alemania. 
[1548] Pedro de Salazar


NOTAS

 [1]: Las trompetas eran el equivalente de los tambores en la caballería

[2] Secretaria de Guerra, Mar y Tierra, legajo 28, editado por Gustav Bergenroth en Calendar of letters, despatches, and state papers relating to the negotiations between England and Spain preserved in the archives at Simancas and elsewhere, volumen 7. p.270

6 comentarios :

Alvaro Fernández González dijo...

¿A qué refiere lo de ventaja de tres escudos más? Es decir, ¿se les daban a todos o sólo a aquellos que conocían su profesión?

Carlos Valenzuela dijo...

El dato está entrecomillado, y es una cita de "Los Tercios" de Quatrefages, pero las ventajas en virtud de su oficio se recibirían desde el momento en que sentaran plaza, aún cuando hubieran de aprender los sones, como les sucedía a otros soldados que habiendo de aprender a manejar sus armas recibían la correspondiente ventaja por su oficio.

Un saludo, y gracias por participar.

David Navarro dijo...

Hola. Perdona, sabrías decirme si queda algún ejemplar de atambor en el Museo del Ejército de Toledo o de Madrid, bueno, o en cualquier otro museo de España Muchas gracias!

Carlos Valenzuela dijo...

No tengo ni la menor idea. Me imagino que el Museo del Ejército tendrá un catálogo de objetos.

Anónimo dijo...

Hola. Agradecería si pueden aclarme lo siguiente: tropas realistas Españolas (1813) desembarcaron en San Lorenzo (Argentina) supuestamente ( según la historia oficial) para conseguír provisiones. " Al son de tambores y pifanos". Que lo hayan hecho de esta manera pareciera estar indicando intenciones más ambiciosas que simplemente saquear el convento?? Tal vez sentar una plaza fuerte en el lugar?

Francisco Voloder dijo...

Soy el de la pregunta enunciada arriba