Y, en uno de los dichos arcabuzes, le mostro el dicho enbaxador una pelota pasada por medio con un hilo de alambre de hasta dos palmos asydo en anbas las partes, diziendo al dicho
Moliabren que aquello le dava porque hera artifycio con que de cada tiro matarja o deceparja cuantos cauallos hallase delante de sy.
Información hecha en Evora contra el coronel Piton acusado de contrabando de armas, Evora 26-30 de septiembre de 1533
Las pelotas de alambre se usaban en Europa, se exportaron en época temprana - como se puede ver en la cita precedente - a Marruecos, y llegaron a América de mano de los conquistadores españoles.
Se puede deducir que fueran populares durante todo el siglo XVI.
Las pelotas de alambre (para los que no las han visto) se hacen en el mismo molde que las comunes; toman una cuarta o una tercia de hilo de hierro, y a cada cabo del hilo hacen un garabatillo como un anzuelo pequeño, y ponen el un cabo del hilo en el un medio molde, y el otro en el otro medio; y para dividir los medios moldes ponen en medio un pedazo de una hoja de cobre o de hierro delgado como papel, luego echan el plomo derretido, el cual se encorpora con los garabatillos del hilo de hierro, y sale de pelota en dos medios divididos, asidos al hilo de hierro. Para echarlos en el arcabuz los juntan como si fuera pelota entera; y al salir del arcabuz se apartan, y con el hilo de hierro que llevan en medio cortan cuanto por delante topan. Por este cortar mandaron tirar a las picas, como lo dicen los historiadores; porque con las pelotas comunes no pudieran quebrar tantas picas como quebraron. No tiraron a los piqueros por no hacer tanto daño en ellos; quisieron mostrar a sus contrarios la ventaja que en los arcabuces les tenían.
Esta invención de pelotas llevó de Flandes al Perú el capitán Pedro de Vergara con los arcabuces que allá pasó. Yo alcancé en mi tierra algunas dellas, y en España las he visto y las he hecho, y allá conocí un caballero que se decía Alonso de Loaya, natural de Trujillo, que salió de aquella batalla herido de una pelota destas, que lo cortó la quijada baja con todos los dientes bajos y parte de las muelas; fue padre de Francisco de Loaya, que hoy vive en el Cozco, uno de los pocos hijos de conquistadores que gozan de los repartimientos de sus padres. La invención de las pelotas de alambre debieron de sacar de ver echar los pedazos de cadena que echan en las piezas de artillería para que hagan más daños en los enemigos.
En los "Dialogos militares: de la formacion, è informacion de personas, instrumentos, y cosas necessarias para el buen vso de la guerra", de Diego García de Palacio, impreso en 1583 se explica que este sistema es bueno para demostraciones de puntería [o trucos] como hacer caer una naranja del árbol sin tocar la carne de la fruta, y también, claro, aconseja el invento para descabezar las picas arboladas del escuadrón enemigo.
Apunta a que el alambre, de un palmo de longitud, ha de quedar situado dentro del cañón hacia la boca, con la pelota o bala hacia la culata del arcabuz.
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